Opinion | 10 Sep Ayer se conmemoró el Día Nacional de la Prevención de la Prematurez con una jornada que apuntó a resaltar la importancia del control médico mensual como camino para su prevención real. La fecha fue instaurada por el gobierno en ocasión de la fecha 09/09/09, considerada significativa como referencia a los nueve controles previstos para los nueve meses de embarazo. De acuerdo a datos de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) cada año nacen prematuramente en Uruguay unos 4.400 bebés. Esta circunstancia es la principal causa de muerte de los niños menores de un año y los casos se duplican entre los sectores más vulnerables de la sociedad. El problema tiene sus causas en la falta de control de las madres durante el embarazo, por lo que a partir de la información y sensibilización de la población la situación actual podría revertirse efectivamente. A través del control mensual podrían evitarse la mitad de los nacimientos prematuros y en consecuencia se lograría reducir significativamente los riesgos de mortalidad y de severas complicaciones permanentes tales como retraso mental, problemas de aprendizaje y de conducta, parálisis cerebral, problemas pulmonares y pérdida de visión y audición. Un nacimiento prematuro no solo implica que el pequeño deba permanecer internado en cuidados intensivos semanas o meses luchando por sobrevivir, sino que demanda una serie de cuidados especiales para prevenir otros riesgos una vez que es dado de alta.
Afortunadamente y gracias a los avances de la pediatría y la ginecología incluso los pequeños más vulnerables tienen chances de salir adelante. Sin embargo, los casos podrían disminuir considerablemente, ya que para ello sería suficiente con la generalización de controles precoces y periódicos del embarazo. En ese sentido, los esfuerzos que --desde su experiencia-- haga cada madre desde su lugar de amiga o familiar, pueden sumar a las acciones oficiales promovidas desde los equipos de salud, ya que serán un aporte significativo que contribuirá con dos de los objetivos del Milenio establecidos por las Naciones Unidas: reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna.