Paysandú, Miércoles 15 de Septiembre de 2010
Locales | 10 Sep Aunque nació en el sanatorio Modelo de Paysandú, Sergio Peraza vivió hasta los 13 años en Puntas de Arroyo Negro. Hijo de Esteban Adolfo Peraza y Juana Esther Dalmás, relató a EL TELEGRAFO parte de una vida de sueños, desafíos y barreras que supo trasponer con entrega y dedicación. La historia de un hombre criado en el interior rural, que nunca olvidó sus orígenes.
Verdadero referente de la radiofonía sanducera, asegura que el programa “Entre Nosotros” fue “lo más fuerte” que le ocurrió y recuerda con orgullo los años de trabajo junto a los grandes de Montevideo. Según su relato, el día que debutó en el informativo de CW 35 Radio Paysandú, si bien era invierno, transpiró como en el peor de los días veraniegos. Quiere ser recordado como “un buen amigo” y su amplia trayectoria incluye CW 35, Radio Felicidad, Casino FM, Éxito FM, Radio Sarandí, Rural y LT 11 en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos.
Dice estar convencido de haber hecho un buen trabajo en radio y se siente reconocido, en tanto se define como un hombre de fe, padre de dos hijos y orgulloso abuelo de una niña. Está casado con Leticia Salas Larrachado y comenzó su relato de la siguiente forma: “Puntas de Arroyo Negro fue una zona muy importante y con marcada producción agrícola. El movimiento que había era impresionante y mi padre tuvo un comercio que empezó siendo un almacén de ramos generales. Posteriormente construyó un bar contiguo al edificio y más tarde galpones para el acopio de granos, fundamentalmente de trigo y avena. Mi niñez transcurrió en ese entorno, aunque no recuerdo claramente los primeros años y tampoco cuando tuve la mala suerte de contraer poliomielitis. Tenía dos años y medio y junto a mis padres viajamos a Buenos Aires y, según me contaron, contraje la enfermedad en Argentina. Hoy se conoce como poliomielitis, pero en aquel momento se conocía como parálisis infantil. Una semana después del viaje mi madre intentó levantarme de la cuna y el dolor fue tan intenso que exploté en llanto. Inmediatamente mi padre me hizo atender con el doctor Gilberto ‘Tito’ Pignata, un gran médico amigo de la familia. Me llevaron a Montevideo al hospital Pedro Bizca y realmente si no hubiera sido por este médico, no sé si hubiera sobrevivido. Permanecí internado un tiempo considerable hasta que tuve la suerte de que me atendiera el doctor Ricardo Joaquín Caritat, un profesional que peleó fuertemente por combatir esta enfermedad en nuestro país. Recuerdo que la primera operación me la hicieron a los 9 años y gracias a un grupo de compañeritos de la escuela 46 de mi pueblo, pude terminar cuarto año, porque para que no perdiera clases me llevaban y traían a la escuela en carretilla. Estuve enyesado desde el tobillo hasta el cuello. También tuve maestras espectaculares como Estela Gago, Diva Ruiz de Pintos e Irma Bentancourt, quienes junto a mis padres me enseñaron verdaderos valores de la vida”, relató Peraza.
Una vida llena de pruebas
El locutor asegura que los juegos de la niñez incidieron en su futura carrera. “Escuchaba radio en una ‘Geloso’ a válvula que me había comprado mi padre. Eran tiempos en que el fútbol era relatado por don Carlos Solé. No menos importante eran las novelas que pasaba radio ‘Mitre’, entre otras ‘Sandokán el Tigre de la Malasia’ y ‘Tarzán’. Era todo magia, imposible de reproducir con palabras. Además, se escuchaba CW 35 y CW 39 de Paysandú. Estamos hablando de los años ‘50. Pero me marcó muchísimo radio ‘Carve’ de Montevideo, con Omar Defeo, un locutor que hacía ‘Las buenas noticias de Rausa’. Tenía una voz increíble. Ahí me empezó a picar ‘el bichito’ por la radio. Una vez que terminé el liceo en Paysandú, comencé el preparatorio de abogacía con un gran profesor como lo fue Yamandú Deleón, pero no pude seguir estudiando. Así fue que comenzó el vínculo con la radio, también gracias a la relación que tenía mi padre con el director de CW 35, Martín Alfonso Ordoqui. Antes había empezado a emular al programa capitalino ‘Discódromo Show’, ya que por los años 60 en el garaje de casa, con unos amigos, teníamos discos y pasábamos música. Recuerdo que fue en invierno como a las 3 de la tarde que me hicieron la prueba (en CW 35). Aquí estoy en la obligación de nombrar a Luis Alberto West y Beto Dione, quienes me grabaron durante el ensayo. Nunca había pasado tan mal. De 15 palabras me equivoqué 12. Hacía frío y yo transpiraba como loco. Cuando fui a la cabina, el flaco Dione me dijo: ‘bien Perazita’. Me sugirieron que me comprara un grabadorcito de mano y que me grabara. Dos meses después me llamaron y debuté en el informativo de las 15 y 25, redactado por Carlos Cerrudo, periodista de EL TELEGRAFO. ¡Qué periodista por Díos! Luego tuve un programa por la noche donde llevaba números en vivo, hasta le hice una entrevista a Ariel Ramírez, el creador de la ‘Misa Criolla’. El programa se llamaba ‘Para gente despierta’. Luego, ‘Entre Nosotros’ fue lo más fuerte y lo que me marcó decididamente. En 1978, trabajando en Radio Felicidad, me llama Walter Nelson Miranda, que había ganado un concurso en radio Sarandí, y fui como locutor comercial deportivo. Al tiempo regresé porque había nacido mi primer hijo. También fui locutor de Gustavo Lapaz Correa, que relataba Fórmula Uno Internacional. Compartí trabajo en Radio Rural con Cacho Barizzoni, Jorge Da Silveira, Juan Carlos Scelza y Gutiérrez Cortinas. También conocí a Jorge Mullins. Tiempos definitivamente imborrables en mi vida”, concluyó Peraza.
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