Locales | 13 Sep Unas cuatrocientas personas participaron en la cuarta marcha tras la muerte de Romina Severo, en demanda de justicia ante el aumento de la delincuencia juvenil. Bajo la consigna “Justicia por Romina y todos” se cumplió en la tarde de ayer un nuevo acto de resistencia civil, marchando pacíficamente y en silencio por Entre Ríos y por Baldomero Vidal, desde plaza Artigas hasta el teatro de verano “Eduardo Franco”, donde se leyó una proclama que centró las demandas del grupo ciudadano en la modificación del artículo 222 del Código de la Niñez y la Adolescencia, para que las anotaciones de menores infractores conformen un legajo penal cuando cumplan 18 años y puedan ser usados como antecedentes por los jueces actuantes cuando se vean envueltos en otros delitos.
Romina Severo falleció el pasado 24 de agosto en un accidente de tránsito provocado por una violenta rapiña perpetrada por dos jóvenes infractores. Se formó entonces un grupo de resistencia civil liderado por sus familiares cercanos y apoyado por cientos de personas que cada vez que hay una marcha participan, reafirmando las demandas de mayor seguridad, justicia y reforma del actual código penal para que los menores infractores sean castigados con la severidad que merezcan sus delitos.
Con la misma firmeza con que demandan acciones rápidas del sistema político, los participantes marcharon rumbo a la playa, donde muchos otros sanduceros disfrutaban del sol y el buen tiempo, tomando mate en familia o con amigos, o pescando a orillas del río Uruguay.
En el teatro Eduardo Franco, donde se desarrollaban actividades organizadas por el Plan de la Costa, los manifestantes se reunieron al término de la marcha para escuchar y apoyar la proclama preparada por el grupo que todos los viernes sesiona en el Club Ciclista 33, a las 19.30.
Reunidos para demandar “la justicia que nos merecemos todos los ciudadanos”, como expresó un participante identificado como Daniel. Lorena Severo, hermana de Romina, fue otra vez la encargada de leer la proclama. En ella, dirigida al sistema político uruguayo, sub rayó que, desde que “todos (los políticos) están de acuerdo que la eliminación de los antecedentes de los menores al alcanzar los 18 años es una aberración y algo que no toma en cuenta la realidad de quienes vivimos hoy en el Uruguay”, debe votarse la modificación al artículo 222 del antes mencionado Código para evitar que esto continúe ocurriendo.
“Ya llegará el momento en que pediremos que se rebaje la edad de imputabilidad, que las penas sean acordes a los delitos cometidos y que las dependencias en las que estén recluidos estos menores tengan la seguridad que todos deseamos”, indicó Lorena Severo, al fundamentar la ahora intención central del movimiento ciudadano.
Al exponer la principal demanda, Lorena Severo dijo que “desde este lugar y ante toda esta gente que avala lo que estamos diciendo, los exhortamos (a los legisladores) a que con una mano en el corazón levanten la otra mano para votar la modificación del artículo 222 del Código de la Niñez y la Adolescencia para que de aquí en más cuando un menor infractor cumpla la mayoría de edad sus antecedentes sirvan para que nuestros jueces puedan tener mejores herramientas a la hora de juzgarlos cuando cometan nuevos hechos delictivos”. Tras la proclama, los participantes se dispersaron tan pacíficamente como se habían reunido, mientras otros ciudadanos continuaban disfrutando de la tarde, del mate, de la pesca, de las tortas fritas, de la charla amigable. Aún llevaban en sus manos las pancartas, los carteles y los globos verdes con que se identificaron. Verde paz, verde calma, verde esperanza. “Tristeza nao tem fim”, tal cual los versos de la canción de Antonio Carlos Jobim y Vinicius di Moraes. La esperanza tampoco.