Locales | 14 Sep El horno número 2 de la planta de portland de Ancap será ampliado para producir el doble de su capacidad actual, mediante una inversión de más de 70 millones de dólares y entre dos y tres años de trabajo. El acuerdo comercial con la empresa proveedora se firmará el jueves en la planta sanducera. Fuentes de Ancap dijeron a EL TELEGRAFO que “es una obra muy importante, con ampliación de la infraestructura del horno y la instalación de nuevo equipamiento”. El contrato que se suscribe es con la empresa que instaló el horno quemador y el filtro nuevo -hace dos años-, la danesa F.L. Smith, que ganó la licitación correspondiente y tiene negocios con Ancap desde el montaje de la primera fábrica, en 1956. Se trata de una de las cementeras de mayor experiencia en el mundo y con un vínculo muy fuerte con la planta estatal uruguaya.
Las inversiones, según las estimaciones hechas por técnicos de Ancap, se recuperarían en 15 años, aunque se prevé que el precio de venta del portland bajará en Uruguay y además aumentará la exportación, fundamentalmente hacia la Argentina.
Menores costos
Según se indicó a EL TELEGRAFO, con estas inversiones “se cumplen tres objetivos: la reducción de costos operativos por utilización de combustibles sólidos (carbón mineral, coke de petróleo) de menor precio; la flexibilidad estratégica por la capacidad de emplear como combustible principal el mix más conveniente entre gas, fuel oil, carbón y coke y también disponer de tecnología de primer nivel adoptada y probada por fabricantes de cemento, con satisfacción de las normativas medioambientales internacionales”.
Con el nuevo equipamiento “se podrá reducir el coke, que tiene varios centímetros de diámetro, a un polvo fino que pueda quemarse completamente” para utilizar toda la energía y no producir emisiones contaminantes. Si bien lo central es el molino, el sistema en su conjunto es algo para la preparación tanto de carbón mineral como coke de petróleo”.
La instalación del equipamiento danés en la planta de Ancap será bajo supervisión de sus fabricantes, pero a cargo de empresas y trabajadores uruguayos.