Opinion | 16 Sep El Ministerio del Interior informó que junto con la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular capacitará como instructores de resucitación cardíaca básica a sus funcionarios en el marco de un programa de alcance nacional.
El curso se dictará en la Escuela Nacional de Policía y Escuelas Departamentales de Policía con el objetivo de llegar a la mayor cantidad posible de funcionarios como una iniciativa de formación permanente.
Según datos de la citada comisión honoraria, entre 3.000 y 4.000 personas de todas las edades padecen muerte súbita cada año en nuestro país mientras que, por contrapartida, la amplia mayoría de la población carece de conocimientos sobre qué hacer ante la ocurrencia de paros cardio respiratorios.
En una emergencia de este tipo, la asistencia que se pueda brindar en los primeros minutos al afectado es crucial y muchas veces determina la posibilidad de salvación. Por eso resulta vital que la mayor cantidad posible de personas sepamos cómo actuar en este tipo de situaciones y ello implica conocimiento sobre cómo realizar un masaje cardíaco.
Durante la anterior administración de gobierno fueron establecidas normas para la adquisición de equipos de resucitación cardíaca, los que deben estar disponibles en lugares de alta concentración de personas. No obstante, los primeros auxilios para aquellas situaciones en las que un familiar, un amigo, un compañero de trabajo o un traseúnte que camina junto a nosotros en la calle cae afectado por un paro cardíaco, debería ser algo sobre lo cual todos tendríamos que tener conocimiento.
Mientras esto no ocurra bueno es que los agentes policiales, que muchas veces son llamados en emergencias, estén capacitados para auxiliar a su prójimo. A futuro, bueno sería que capacitaciones similares sean recibidas también por otros colectivos y el ciudadano común interesado en esta problemática, así como que se realicen periódicamente para que llegado el momento, quien tenga que actuar sepa hacerlo de la mejor forma.