Opinion | 23 Sep La aparición de un agente policial del tipo “gatillo fácil” --seguramente influenciado en demasía por las series y películas de televisión que vienen de Hollywood--, quien ultimó de cuatro balazos al conductor de un vehículo que participaba en picadas e intentó evadir los controles policiales, muestra a las claras lo fácil que es caer en excesos si no se tiene la preparación, educación y evaluación síquica necesaria para enfrentar situaciones de extrema tensión en las que es preciso actuar ponderadamente.
Debemos situarnos además en un escenario en el que la permisividad, la tolerancia y la transgresión por parte de jóvenes es moneda corriente y contribuye a forzar la mano gratuitamente, muchas veces con el lamentable saldo de pérdidas de vidas humanas, lesiones que dejan a veces secuelas permanentes y dramas familiares que podrían evitarse con un poco de sentido común y sobre todo de apego a las reglas de convivencia.
En este caso la desmedida reacción del policía ante un joven de 24 años que tampoco midió las consecuencias de sus actos, al transgredir las normas de tránsito y encima agravar su situación con la fuga, no tiene igualmente ningún justificativo y da la pauta de que la formación de cuadros policiales no es una tarea fácil, cuando estamos ante efectivos que portan armas y se enfrentan a menudo con desafíos en su tarea que ponen a prueba su temple y sobre todo su equilibrio psíquico ante la necesidad de reacciones inmediatas “en caliente”.
El trágico saldo de un joven muerto en el marco de un exceso policial es una nota que debe llamarnos a todos a la reflexión, por un lado para dejar de ser en extremo tolerantes con grupos de transgresores que favorecidos por una legislación muy benigna e incluso escasa disposición para hacerla cumplir, a menudo se hacen dueños de la vía pública como si fuera tierra de nadie, y por otro lado pone de relieve la necesidad que se dé adecuada formación profesional a quienes tienen como misión proteger a los ciudadanos, cuando precisamente se están requiriendo más policías en la calle para hacer frente al grave problema de la inseguridad ciudadana.