Locales | 19 Sep Desde 2010 Paysandú es sede de la primera experiencia piloto del país del Programa de Formación Profesional Básica (FPB) de Granja. El proyecto, que es una iniciativa de actores locales, apunta a lograr la inclusión de los jóvenes de la zona que desertaron del sistema educativo.
El proyecto “Con los pies en la tierra” surgió de técnicos y vecinos del departamento, quienes plantearon ante la Mesa Interinstitucional de Paysandú la necesidad de generar, para jóvenes que no estaban dentro del sistema educativo formal, actividades vinculadas a la producción y la tierra.
Tras varias reuniones, la Mesa dio su aval al proyecto y se puso a trabajar para logar un acuerdo interinstitucional que permitió concretarlo. Fue así que en 2009, se puso en marcha la primera experiencia piloto de educación no formal de granja para jóvenes sanduceros. El Ministerio de Desarrollo Social, a través del programa Uruguay Integra, aportó el cuerpo docente y técnico, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca compró las herramientas necesarias para el trabajo; el Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay cedió las instalaciones (ex Hogar de Varones del INAU, ubicado en Avenida de las Américas, entre Bulevar Artigas y Ruta Nº3); el Ministerio de Turismo y Deportes financió horas docentes; el Instituto Nacional de Alimentación brindó alimentos secos y la Intendencia de Paysandú aportó materiales para mejoras en infraestructura.
El profesor Eduardo Flores es uno de los encargados de llevar adelante este programa.
“Acá funciona un programa llamado ‘Con los pies en la tierra’ que este año incorporó un FPB comunitario (cursos que funcionan fuera de los locales de UTU), con el formato granja. La duración de estos proyectos es de un año, entonces al llegar esta fecha tenemos que buscar la manera de poder continuarlos y sustentarlo el año que viene”, dijo. Para comprobar la marcha de este programa llegaron autoridades de UTU, programa Infamilia del Mides, Uruguay Integra, Ministerio de Ganadería, conociendo lo hecho hasta ahora y cual es el proyecto para el próximo año.
“La formación profesional básica (FPB) comunitaria, funciona en la mañana, dictándose el ciclo básico pero siempre en formato granja, o sea que todas las materias curriculares, giran en torno a las tareas de la huerta” explicó Flores.
Son 17 los alumnos que concurren en forma ininterrumpida y con la característica de haber sido excluidos de la educación formal, por lo tanto de perfiles disímiles.
“Cualquier logro que ellos consigan es muy relevante por ejemplo en socialización, compartir con los demás compañeros, estar todo el tiempo de aula, parece poco pero dentro del ámbito que trabajamos es bastante completo. En la mañana funcionamos de 8 a 13 horas de lunes a viernes, brindando desayuno que es elaborado en el propio establecimiento y por los propios alumnos, cuyas edades van de los 14 a los 20 años”.
Todo lo que se produce en el lugar es para el propio consumo, por eso los alumnos deben ordeñar, atender la quinta y los animales (cerdos, conejos y vacas). Los docentes son de UTU y los talleristas forman parte del programa.
Para el próximo año se pretende seguir este segundo año, abrir un nuevo primero y a la tarde realizar tareas recreativas y apoyo a los alumnos. Estos son pertenecientes a los barrios Norte, Curupí, P3, Las Brisas y concurren a pie a pesar de las distancias recorridas y la asistencia es altamente satisfactoria ya que a pesar de las inclemencias del tiempo concurren a clase.
“Es difícil convocar a los adolescentes porque ellos van donde quieren. Por eso tenemos que logar una mística para que se sientan atraídos por el programa, ellos no tienen muchas cosas para hacer pero se resisten a hacer algo que no les agrada. Crear un espacio con algunos aspectos formales y que sea tolerado por ellos no es poco mérito” concluyó Flores.