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Paysandú, Sábado 25 de Septiembre de 2010

El motor Borges roto-lineal, el invento uruguayo “de difícil sencillez”

Locales | 20 Sep La Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol desde el fondo del fondo de la historia, describiendo órbitas elípticas. En un momento no determinado de su vida, Angel Roberto Borges, un mercedario que reside en Fray Bentos, imaginó el movimiento de un motor mecánico similar al de un planeta alrededor del Sol. Desde aquella idea al motor roto-lineal Borges, pasaron muchas horas de estudio y cálculo, de prueba y ensayo, de errores y aciertos, de ilusiones y sueños. En concreto, han pasado unos cuarenta años, más de la mitad de su vida, para que el motor roto-lineal (“de difícil sencillez” al decir de su autor) sea realidad, un auténtico invento uruguayo, la creación personal de un único inventor al que ahora se unieron un grupo de inversores sanduceros para intentar transformar al prototipo en un motor de producción masiva.
Borges nació hace 70 años en Mercedes, en una familia que tenía una explotación agropecuaria. Fue allí, a los 5 años, que vio el primer motor en funcionamiento, que le llamó poderosamente la atención. Desde entonces, siempre ha estado cerca de los “fierros”.
Tras culminar estudios secundarios se trasladó a Montevideo para seguir en la Facultad de Ingeniería la carrera de Ingeniero, que no culminó. De regreso, comenzó a trabajar en talleres mecánicos en Uruguay y también en Argentina. En ese país estuvo en Córdoba, donde la Fuerza Aérea Argentina tiene una escuela de mecánica aeronáutica, y allí se interesó por los motores a turbina, que hasta entonces le eran desconocidos.
De nuevo en Uruguay fijó residencia en Fray Bentos, donde vive actualmente. En esa tranquila ciudad instaló su taller y entonces dedicó el grueso de su esfuerzo y tiempo al desarrollo de este invento.
Su taller-laboratorio es un espacio modesto, con piso de tierra y paredes de bloques de cemento, pero en definitiva lo que importa es la capacidad de ver las cosas antes que los demás, tener una idea capaz de transformar una realidad, de pensar más allá de lo conocido.
Allí ha escrito miles de veces diferentes formulas matemáticas, siempre teniendo en cuenta la órbita de un planeta alrededor del Sol. Y poco a poco la idea dejó de ser un sueño y comenzó a ser una realidad. Varias veces esa realidad debió modificarse, para corregir problemas o para aumentar la eficiencia del modelo.
Hasta ahora ha realizado seis prototipos, el último de los cuales funciona exitosamente en un lugar céntrico de la ciudad de Paysandú, donde el grupo de inversores lo ha estado observando y siguiendo con atención.
El motor borges roto-lineal
El motor Borges rotolineal es un motor a pistón, pero a diferencia de los convencionales no tiene cigüeñal, tapa de cilindro, árbol de levas, válvulas, engranajes, cadenas ni resortes.
Está constituido de apenas unas cuarenta piezas, de las cuales solo cinco son móviles, logrando con ello una explosión por cada giro de doble expansión, o sea lo mismo que un motor dos tiempos como los que impulsan a las motocicletas que mezclan nafta con aceite). Pero en realidad durante un giro completo realiza todas las fases de un motor cuatro tiempos convencional de cuatro tiempos, por lo que con apenas dos pistones alcanza una rendimiento teórico de un cuatro cilindros, con cuatro o cinco veces menos piezas que este último.
Tomando en cuenta que tanto el motor convencional Otto y el rotatorio Wankel utilizan la fuerza de expansión con un pequeño desplazamiento, Angel Borges se propuso un motor que mejore la termodinámica, sin vibraciones y a bajas revoluciones con alto torque; utilizando la fuerza de la expansión con un mayor desplazamiento sin aumentar la carrera del pistón.
Dentro de todo motor a combustión interna se producen dos transformaciones. Una termodinámica, que es cuando el calor del combustible se quema en la cámara de combustión transformándose en trabajo mecánico. La otra cinemática: el movimiento alternativo del pistón que se transforma en otro giratorio de un eje motriz. La forma en que se producen esas dos transformaciones establece la diferencia entre el motor convencional y este desarrollo, así como la eficiencia para transformar la energía química del combustible en energía cinética de rotación. Un mayor rendimiento termodinámico y mecánico del motor se traduce en menor consumo de combustible y mayor trabajo mecánico al eje motriz.
Es en estos aspectos donde el motor Borges debería –al menos en teoría—lucir sus mayores ventajas, logrando mayores rendimientos por litro de combustible en una construcción sólida y económica, con bajos costos de mantenimiento y mínimo desgaste.
Un motor que tambiÉn defiende al medio ambiente
“El motor convencional funciona bien, pero no tenemos que dejar de investigar mejores opciones, nuevos conceptos. En este caso creo firmemente que estamos ante el motor del siglo XXI”, dijo Angel Borges en la entrevista de “presentación en sociedad” de su invento que concedió a QUINTO DIA, mientras orgulloso mostraba el último prototipo, que promete revolucionar a la industria automotriz. De ese encuentro participaron también los inversores y el director de EL TELEGRAFO, Fernando Alberto Baccaro.
“La aparición de motores híbridos es una respuesta de la industria para poder reducir la contaminación durante el uso de los vehículos”, comentó el inventor mercedario, que está profundamente agradecido por el “apoyo de estos sanduceros que han hecho posible que mi motor sea una realidad aquí mismo, en Paysandú”.
En cuanto a la contaminación ambiental, de la cual la industria automotriz es una de las principales causantes, dijo que “creo que la contaminación debe considerarse desde que comienza la producción de un motor hasta que este se recicla, no solamente teniendo en cuenta los gases que se emiten a la atmósfera”.
“Entonces, un motor con muchas menos partes, como este, necesita de menos hornos de fundición, por ejemplo. Un motor convencional de igual desplazamiento (el prototipo es de 440cc) lleva 100 kilos de acero y este apenas pesa 40 kilos. Hay una clara diferencia en favor del Medio Ambiente. Hay menor cantidad de gases emitidos a la atmósfera. Eso es reducir la contaminación”, explicó.
“Y así durante todo el proceso. El motor prototipo consume menos combustible, así que eso también es reducir la contaminación porque hay menos gases de escape residuales. Por eso es que digo que quizás este sea el motor que el Siglo XXI necesita”.
Simple, pero difícil de entender
Un motor convencional tiene entre 200 y 250 piezas, 60 o 70 de las cuales son móviles.
El más conocido y a la vez el que más se utiliza es el motor de explosión interna ciclo Otto, cuyo nombre proviene del técnico alemán que lo inventó, Nikolaus August Otto. Es el motor convencional de gasolina. Por otra parte, el motor diésel, llamado así en honor del ingeniero alemán nacido en Francia Rudolf Diesel, funciona de forma similar pero la explosión se produce por un principio diferente, y suele consumir gas oil en lugar de naftas.
Por otra parte está el motor Wankel, también de combustión interna, inventado por Felix Wankel, que utiliza rotores en vez de los pistones de los motores alternativos. Wankel concibió su motor rotativo en 1924 y recibió su patente en 1929. Durante los años 1940 se dedicó a mejorar el diseño, mientras que se perfeccionó todo lo posible durante las décadas de 1950 y ’60. Eran particularmente interesantes por funcionar de un modo suave, silencioso y fiable, gracias a la simplicidad de su diseño.
El motor Borges por su parte, si bien es rotatorio como el Wankel, usa pistones como el convencional de Otto, pero no tiene tapas de cilindro. El corazón del motor es su curvatura casi elíptica, en realidad definida como su inventor como “una curva en cuatro planos inclinados con diferentes graduaciones” –que constituye el verdadero invento del mercedario-- que producen un giro de 180º cuando dos pistones enfrentados dentro de un cilindro central se separan por efecto de la explosión.
Lo que llama poderosamente la sencillez mecánica del sistema, con un mínimo de piezas que sin embargo –como pudimos comprobarlo durante una demostración--, logran el efecto deseado, o sea, hacer girar el motor. Al tener únicamente cuarenta piezas en total, cinco de estas móviles, concentra la energía producida, en mayor porcentaje, en el movimiento del rotor, que a su vez podría utilizarse por ejemplo para impulsar un vehículo a través de un embrague estándar.
El que una sola persona haya podido partir de la idea y llegar al diseño final, es lo sorprende. El que esa persona sea uruguaya y del interior del país, es lo que llena de orgullo. El que el motor sea apoyado por inversores sanduceros, habla de su sentido de oportunidad y su determinación para invertir en proyectos que puedan ser de beneficio para toda la comunidad.
PATENTADO EN URUGUAY Y ESTADOS UNIDOS
La soledad de los genios es algo real y tangible. Angel Borges sabe bien lo que es. Durante años mantuvo vivo el proyecto solo, no solamente sin más dinero que el que él mismo podía procurar sino sin el crédito por su idea.
“A veces pasa que vemos algo, nos lo explican, pero si no lo entendemos no creemos en lo que nos muestran”, comentó Borges, recordando el camino andado, los años en su pequeño taller, pensando, razonando, imaginando movimientos, las etapas de admisión, compresión, explosión y escape.
“Este es el proyecto de un solo inventor, creo que esto debe tener algo de valor”, dijo en la conversación con QUINTO DIA. El valor, indudablemente, está, pero especialmente por haberlo inventado, desarrollado y puesto en funcionamiento. Este es uno de esos casos en que la perseverancia, la capacidad técnica y el empuje dieron por resultado algo nuevo y diferente: un verdadero invento.
Las partes que realmente creó Borges --obviamente no todas las que forman motor, pues utilizo varias piezas comunes y corrientes de los motores de explosión interna--, han sido debidamente patentadas. Borges, que ya ha registrado otros inventos y que tan silenciosamente como con este proyecto trabaja en otros, confirmó que “hemos registrado nuestro invento en varios países, como Uruguay, Estados Unidos, Argentina y Brasil y está en trámite en India y China”.
Esa es la “pieza” que faltaba. Tras trabajar tanto tiempo en soledad, hoy puede probar que su sueño no era irrealizable, que sus ojos mirando al cielo, imaginando la órbita de los planetas, dieron por resultado el motor Borges rotolineal.
La prÓxima etapa
La intención del inventor y el grupo de inversores es “vender el invento en su estado actual de desarrollo” a un grupo inversor que tenga recursos para masificarlo o a la industria automotriz para que pueda ser incluido en algún vehículo de futuro diseño y producción.
No obstante, uno de los inversores que lo apoyan (estos prefieren en esta etapa no divulgar sus identidades) comentó otra idea a QUINTO DIA. “Creo que la gran importancia de esto es poder obtener capitales para producir el motor aquí mismo, en Paysandú. ¿Se imagina el impulso que eso le daría a la ciudad y al departamento?”, preguntó.
Es fácil imaginarlo, sin dudas. Tan solo basta con usar la memoria. Porque estos empresarios tienen el mismo espíritu de aquellos otros que a finales de los años ‘40 iniciaron el camino del Paysandú industrial y pleno en progreso.
Angel Borges ha inventado un motor que a los ojos de este periodista se acerca al concepto del motor “perfecto”. Estos inversores coterráneos piensan más que en el lucro personal en lo que un emprendimiento de estas características significaría para Paysandú. La historia está llena de emprendimientos de genios y visionarios. Los unos y los otros parecen haberse encontrado.
Aquí y ahora, el motor Borges roto-lineal se apresta a hacer historia. Queda mucho camino por andar, especialmente negociaciones con la industria automotriz. Pero lo que importa es el camino transitado. Décadas después de inspirarse en el Sistema Solar y la órbita de los planetas, el motor ha probado su calidad de invento a partir de algunas piezas esenciales imaginadas y desarrolladas por el creador uruguayo.
Primero la idea, después su desarrollo, finalmente un producto concreto y terminado. Fácil de leer pero difícil de concretar. Lo difícil, cuando se logra, tiene un sabor especial. A triunfo. Una vez más, el triunfo de una idea. La de Angel Borges. Y de la confianza. De los inversores sanduceros. Larga vida al motor Borges roto-lineal.
Contacto
Si desea más información sobre el motor Borges roto-lineal, puede ingresar a la página web http://www.maitenarsa.com.
Si desea comunicarse con el inventor, puede enviarle un e-mail a info@maitenarsa.com o por teléfono al 45624948.


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