Locales | 20 Sep Hace casi diez años presentamos en esta misma página un automóvil Jaguar Tipo S de 1966, perteneciente a Rodolfo Angel Beccaría.
El auto había sido adquirido en Montevideo y el propio Beccaría lo trajo en marcha hasta Paysandú, pese a que el motor estaba en malas condiciones.
Debemos indicar que el Jaguar Tipo S difiere del Mk2 de su misma época. Si bien posee el mismo chasis, tiene algunas diferencias notorias con éste. Por ejemplo, en el Tipo S la suspensión es independiente.
Es más pequeño y sobre todo más bajo que los grandes sedanes del tipo Mk. Por lo tanto se lo considera una especie de sedán deportivo de la prestigiosa marca inglesa, aunque manteniendo su capacidad de transportar cómodamente a cinco personas.
Por supuesto que los automóviles del Tipo S son escasísimos en nuestro país, así como hay pocos en el mundo entero.
RESTAURACIóN DESDE CERO
Llegado a Paysandú se inició una restauración a fondo del Jaguar arrancando de cero.
Por ese tiempo, nos dijo Beccaría que “era un auto que desde todo punto de vista merecía ser bien reparado. Por eso se lo desmanteló. Con los conocimientos que uno tiene, con la voluntad de hacerlo bien, y con los profesionales que están trabajando en el auto, quedó de primerísimo nivel”, aseguró.
Realmente así fue. Pasó el tiempo y la restauración fue cumpliendo etapas. Se instaló el motor de seis cilindros de doble árbol de levas de fábrica, de 3.800cc con doble carburador “Su” de pulmón, el que originalmente erogaba 180hp y ahora fue mejorado con encendido electrónico MSD de disparos múltiples, una bobina de competición, distribuidor electrónico, válvulas más grandes y levas más “cruzadas”.
Asimismo se instaló una caja de cambios Richmond americana de seis marchas manual, se le adaptaron frenos de discos ventilados, reparó a cero la suspensión independiente de fábrica, etcétera. Todo fue armado dentro de un nivel de exigencia mayor. Recientemente el Jaguar fue llevado a Maldonado, donde reside actualmente el sanducero Beccaría.
En un nuevo contacto con el propietario, nos explica que “yo diría que está pronto en un 98 por ciento. Hay que hacerle algunas cositas menores en la carburación, los cañitos de los frenos y algo en el tapizado. Se hizo un trabajo a fondo en el auto. En la chapa inicialmente había trabajado Alberto Berrueta, pero luego siguieron los Müller, quienes terminaron de armar y pintar”.
RELUCIENTE
El Jaguar fue pintado en un color verde oscuro moderno “mimetizado con negro” al decir de Beccaría. Y realmente que luce magnífico en ese contraste del brillante color con las alegorías, cromados --que son abundantes--, parrilla, rayos y llantas. Un auto de pura estirpe recuperado a todo lo alto. Un referente de la clásica marca inglesa. Un Jaguar de aquellos que se fue para Maldonado.