Paysandú, Lunes 27 de Septiembre de 2010
Locales | 25 Sep Familiares, amigos y personas preocupadas en combatir la inseguridad ciudadana rindieron tributo de lágrimas, rezos, velas y flores a Romina Severo al conmemorarse en la víspera el primer mes de su trágico fallecimiento, al ser atacada por dos entonces menores infractores (“El Maikol” cumplió ya la mayoría de edad), quienes al intentar arrebatarle la cartera le hicieron perder el control de su moto y resultó arrollada por un ómnibus en Avenida Soriano entre Guayabos y Florentino Felippone. Sus familiares colocaron una cruz de madera en el lugar del siniestro --en la acera sur-- con la inscripción “Romy: Vivirás en nuestro corazón. 24/08/10”. Alrededor depositaron flores y velas. Por rara casualidad, veintisiete velas ardían, dando con su luz esperanza y consuelo. Veintisiete. Como los años que vivió Romina. Unas cien personas se habían reunido previamente en la Basílica Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo para una misa por su alma y la de otras cinco personas recientemente fallecidas. Fueron allí donde se vieron las primeras lágrimas. Después, alrededor de las 20, unas sesenta personas se reunieron en el lugar del suceso. Primero hubo silencio total, absoluto; después las palmas, que acallaron el tránsito por más de diez minutos. De nuevo, no hubo palabras. Pero era claro el mensaje de dolor por la pérdida de una joven vida inocente, por el apoyo a sus familiares y por la demanda de justicia según la entiende buena parte de la población, castigando con severidad a los menores infractores. Agnes Pérez, tía de Romina, transfirió su profundo dolor y lágrimas a prácticamente todos los presentes, mayores, jóvenes o niños. Agradeció el apoyo recibido, especialmente de “los que ni siquiera nos conocen” y recordó con afecto a “aquellos solidarios vecinos que en su momento le pusieron una sábana a Romina”. Exhortó a iniciar la serie de “cacerolazos” y a continuarlos cada noche a las 21 “hasta que salga la ley, porque el muchacho en cualquier momento sale libre, sin culpas y sin penas. Que modifiquen la ley, que no haya más Romina por favor”. Pérez convocó a todos a “golpear aunque sea las manos en el fondo si tiene miedo, y tiene todo el derecho de tener miedo, porque todos tenemos miedo”. “Que podamos vivir un poquito más tranquilos, que podamos volver sanos y, si volvemos lastimados, que sea por un error nuestro, no por un chiquilín”, dijo casi sin poder contener el llanto. “Salvemos a los más chicos ya que a los grandes no los podemos salvar, porque ya están perdidos”, concluyó. Una catecista rezó un Misterio del Santo Rosario, “el Misterio de Luz”, pidiendo “fortaleza para toda esta familia, un poquito de alivio, que sé que Dios lo va a dar”. Después, tras abrazos, besos y palabras de aliento, se procedió a la desconcentración, pasadas las 20 y 30. Media hora después, allí donde cada uno se encontraba, se realizó el primer “cacerolazo”, usando no solamente cacerolas, sino cualquier otro elemento o haciendo sonar las bocinas de los vehículos durante 5 minutos. Lo mismo ocurrirá cada noche, mientras el Movimiento Justicia por Romina y Por Todos continúe adelante con sus acciones. El lunes a las 19 y 30 se realizará una asamblea extraordinaria en el Club Ciclista 33, en Uruguay entre Luis Batlle Berres y Baltasar Brum.
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