Paysandú, Martes 28 de Septiembre de 2010
Rurales | 26 Sep Ante la posibilidad de un período de déficit de precipitaciones previsto hasta marzo del año venidero, el técnico del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), ingeniero agrónomo Elbio Berreta, sostuvo que los productores ganaderos “solo disponen de dos medidas” para que las dificultades no sean tan extremas: “reducir el número de animales y darles de comer a los que quedan en el rodeo con productos externos al predio”.
Se sabe que la reducción de lluvias llevará a una disminución en la producción de forraje a partir de octubre y noviembre. El menor crecimiento del campo en estos meses de primavera y verano “puede afectar negativamente a los rodeos y majadas de cría, tanto a las madres como a sus crías, a las vaquillonas para entorar y al crecimiento de novillitos y novillos”.
“También puede ser afectado el destete de corderos y la recría de borregas”, agregó el profesional del INIA. Un productor de la zona cercana a la Estación Experimental del INIA Glencoe, ubicada en el kilómetro 113 de la Ruta 26, señaló a el Observador Agropecuario que ya está bajando la carga de su campo, haciendo fardos y guardando afrechillo de arroz para suplementar, por si la escasez de lluvias se hace sentir en los próximos meses.
El tiempo
Al menos hasta la primera semana de octubre no están previstas precipitaciones en todo el país. Las dos próximas semanas serían con escasa cantidad de agua, lo cual favorecerá las tareas de siembra de cultivos de verano, pero también habrá que seguir con atención las lluvias de las próximas semanas, teniendo en cuenta los pronósticos de mediano plazo que indican mayores probabilidades de lluvias por debajo de lo normal en la primavera que se inicia y verano próximos.
La Niña
El fenómeno climático de “La Niña” amenaza con llevar un período de sequía a los países del Mercosur y afectar los rendimientos de la producción agropecuaria, señalaron expertos consultados por AFP.
En Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, el fenómeno podría provocar precipitaciones por debajo del promedio para la primavera y el verano australes, aunque, según los especialistas, el déficit no alcanzaría la intensidad de años anteriores en los que “La Niña” golpeó a la región.
En nuestro país, la Dirección Nacional de Meteorología alertó sobre la llegada de una “fuerte sequía” que podría prolongarse durante la primavera y verano y cuyos efectos se sentirán hasta el próximo invierno.
Ya a finales de agosto, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, demostró preocupación ante la consolidación de “La Niña” en el Pacífico central. “Eso no quiere decir necesariamente que va a ocurrir una sequía en el próximo verano, pero sí hay una probabilidad más alta de que tengamos un déficit hídrico”, explicó, por lo que anunció medidas para respaldar fundamentalmente a los pequeños productores, en particular ganaderos.
La region
La sequía está afectando principalmente al sector ganadero brasileño y junto a una fuerte demanda, impulsa los precios de la arroba de carne (medida equivalente a 11,5 kilos) que han subido un 16,5% desde mayo, según el Centro de Estudios de Agropecuarios de la Universidad de Sao Paulo (Cepea).
En el caso de los granos, hasta la semana pasada no se liberaron los suelos para la próxima zafra, aunque algunas siembras --particularmente la de maíz-- vienen con retraso por la falta de agua.
Los científicos brasileños prevén que para setiembre-octubre-noviembre llueva menos que el promedio para esa época, especialmente en los estados sureños de Rio Grande do Sul (fronterizo con Uruguay), Santa Catarina y Paraná.
En Argentina, en tanto, aunque las precipitaciones deberían ser inferiores al promedio histórico, no se espera una sequía como la que en 2008-2009 golpeó a la producción agropecuaria, según Eduardo Sierra, de la Universidad de Buenos Aires.
“Así como el año pasado fue El Niño por gran cantidad de lluvias desde setiembre a marzo, este año será a la inversa. Uno no tiene la certeza de cómo y cuánto va a llover, pero se avecina una primavera con lluvias por debajo de lo normal, un diciembre con menos precipitaciones y un enero y febrero complicado”, anticipó por su lado Guillermo Cavallero, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En Argentina, las dos últimas campañas de trigo soportaron graves sequías. Sin embargo, este año, el retraso del fenómeno climático podría favorecer el desarrollo del cereal en el ciclo 2010-2011, que alcanzaría una cosecha superior a 10 millones de toneladas, según los especialistas.
Por su lado, La Niña vaticina un año difícil para el agro paraguayo, advirtió Edgar Mayeregger, coordinador de la unidad de riesgos del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Sin embargo, según el funcionario, Paraguay tiene la ventaja de que la siembra coincide con las precipitaciones de octubre, infalibles aún con el fenómeno climático. “Con las lluvias de octubre y enero se pueden amortiguar bastante los efectos negativos del evento”, explicó.
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