Opinion | 05 Oct La Dirección Nacional de Identificación Civil (DNIC) está embarcada en un proceso de informatización de sus oficinas de todo el país, tarea que deberá finalizar antes del próximo 31 de diciembre y en el marco del cual desde esta semana está operativo el nuevo sistema en Paysandú. Durante el acto de inauguración del nuevo sistema, el director nacional de Identificación Civil, Rubén Amato, dijo que la informatización del trámite de expedición de documentos era “un gran debe” con la población del Interior. Agregó que “en lo personal, ir a las oficinas del Interior y ver las máquinas Olivetti sobre los escritorios --a las cuales ya no hay casi quien las repare-- era una tristeza”. Amato tiene toda la razón. Más de una vez las extensas esperas en condiciones no siempre cómodas y las largas colas en la vereda para sacar número fueron motivo de notas periodísticas en los últimos años. Sin embargo, la posibilidad de realizar la solicitud para renovar o expedir la cédula por Internet o en locales descentralizados --como los Abitab-- terminaron con las colas, ya que es posible obtener por esta vía día y hora para ser atendido. A esto se suma ahora la informatización de las oficinas que, como bien dijo el jerarca, no se trata sólo de colocar computadoras sobre los escritorios. La renovación, ejecutada con apoyo de un crédito no reembolsable del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) implica mucho más que eso: es sencillamente ingresar en otra era de la gestión y procesamiento de datos. La DNIC es el mayor banco de datos actualizado del país y un servicio de jurisdicción nacional cuyo cometido esencial es la identificación de las personas físicas que habitan en Uruguay, otorgando la Cédula de Identidad de acuerdo a la documentación probatoria y a la confrontación dactiloscópica. Expide, asimismo los pasaportes comunes, distintos certificados, y apoya a varios organismos estatales, siendo fundamentales sus datos para el definitivo esclarecimiento de innumerables situaciones. Ahora, toda esa información está disponible en tiempo real en las oficinas informatizadas, lo cual permite un trámite ágil y rápido sin aglomeraciones; atender más público en menor tiempo y dotar al sistema de mayor seguridad. La innovación beneficia a todos, puesto que para el usuario significa irse en un tiempo máximo de 20 minutos con la Cédula en la mano; para los funcionarios trabajar más cómodos y para la administración pública dar un paso más hacia el gobierno electrónico, cuyo propósito no es otro que utilizar la tecnología para prestar un mejor y más eficiente servicio a la gente.