Opinion | 09 Oct La reciente integración de la Mesa de Desarrollo, Promoción y Comercialización de la Región Termal Salto y Paysandú, cuya segunda reunión se desarrolló anoche en la sede del Centro Comercial e Industrial sanducero, representa un paso trascendente para la difusión de los atractivos turísticos regionales, ya que implica un cambio de rumbos respecto a las acciones aisladas que hasta no hace mucho se daban en este tema. El Ministerio de Turismo y Deporte ha sido el factor aglutinante para los actores públicos y privados de Paysandú y Salto, con apoyo en los respectivos gobiernos departamentales y entidades empresariales, para apuntalar un trabajo que debe ser conjunción de esfuerzos, en vez de acciones aisladas que suelen terminar en rotundos fracasos. En esta oportunidad se ha tenido además la participación de representantes de los complejos termales de la provincia de Entre Ríos, dando lugar a un intercambio de experiencias en el ámbito del corredor terminal binacional que permite proyectar a la región como un todo y consecuentemente como un complejo receptor de contingentes turísticos de los principales lugares emisores, como es el caso de Buenos Aires. Por supuesto, no se trata de una tarea de un día ni de una semana, sino que la premisa debe ser el deponer falsos antagonismos --que siempre existen-- para asumir que debe entablarse una tarea sistemática de difusión y complementación en el corredor termal, donde la infraestructura debe ser racionalizada, al tiempo de establecer en lo posible una gama de atractivos que permitan generar un abanico de opciones para los potenciales visitantes, aprovechando las ventajas comparativas de los respectivos centros turísticos involucrados. Para ello es necesaria una muy buena coordinación, encarar gestiones en conjunto y difusión en eventos como la Feria Internacional de Turismo que se realizará a fines de este mes en Buenos Aires, y solo para empezar a hacer algo en serio en un tema que es de vital importancia para la economía regional.