Opinion | 17 Oct La importancia del rol de la mujer en la sociedad actual es indiscutible y con independencia de las opciones personales está claro que hoy participa activamente en el mercado laboral. Pareciera a simple vista que las ciudades brindan más posibilidades de ocupación a la mujer aunque la verdad es que tanto o más trabajan las mujeres rurales.
En el campo, históricamente mujeres han trabajado mano a mano con el hombre en actividades agrícolas y ganaderas aunque a menudo ese trabajo no es valorado, desestimándose lo que ellas hacen, por ejemplo, en relación a la agricultura y la seguridad alimentaria de la familia.
Más reciente es la creación de emprendimientos y microemprendimientos rurales liderados por mujeres que, en algunos casos se han convertido en interesantes aportes a la economía familiar.
Se trata, no obstante, de un sector de actividad que requiere ser apoyado económica pero también técnicamente y desde la incorporación de una perspectiva de género para que esos emprendimientos puedan ser rentables y sustentables en el tiempo. Aunque sean poco conocidos, hay muchos ejemplos de mujeres uruguayas con espíritu emprededor. Alcanza con internarse unos pocos kilómetros en la campaña sanducera para encontrarlas.
El viernes 15 fue el Día de la Mujer Rural y llegue a ellas un saludo puesto que también son grandes responsables de los buenos números que el campo está aportando a la economía nacional, además de ser quienes preservan buena parte de nuestras tradiciones rurales y propagadoras de la memoria familiar y colectiva. Son ellas, las mujeres rurales, parte singular e insustituible de nuestro patrimonio rural, aunque desde la cotidianeidad del día a día no siempre nos demos cuenta.