Nacionales | 18 Oct Chochos con el acuerdo
En la bancada del Frente Amplio están contentísimos con el acuerdo alcanzado con Alianza Nacional en el Senado para las modificaciones al sistema tributario que, entre otros puntos, ajusta el actual secreto bancario. “Espero que no se nos juzgue solamente por la lógica del esfuerzo de la letra que estamos poniendo, sino por el esfuerzo de lograr un acuerdo más amplio que la mayoría que tenemos tanto en la Cámara de Senadores como en la Cámara de Representantes”, dijo el senador Rafael Michelini, en la Comisión de Hacienda, según informó “La República”. El líder de Nuevo Espacio señaló que “esta propuesta contiene algunos aspectos que, desde el punto de vista de las garantías de los contribuyentes son muy buenos, pero están al filo del propósito que nosotros teníamos en cuanto a que esas listas no estuvieran más. Naturalmente, hay una redacción bastante delicada ya que, por un lado, tenemos que velar por el contribuyente y, por otro, debemos, con estas ordenanzas, poner al país nuevamente en el mundo”. “Estamos siendo coherentes al tratar de lograr un proyecto de ley con mayorías adicionales; de no ser así, podríamos haber votado hace un mes la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo”, agregó.
Les cayó mal
Pero Unidad Nacional no ve con buenos ojos el acuerdo entre el Frente Amplio y el sector liderado por el senador Jorge Larrañaga. Si bien acepta que Alianza Nacional negocie con el gobierno, le reclama reglas claras para el trabajo en agrupación parlamentaria con vistas a un accionar conjunto. En pocas palabras, les molestó quedar fuera de la negociación.
El senador Francisco Gallinal, miembro de la Comisión de Hacienda del Senado que discutió el texto, dijo a “Últimas Noticias” que, teniendo en cuenta que Larrañaga es presidente de la bancada parlamentaria blanca, hubiera sido mejor que el partido negociara en conjunto. “Dentro del partido tenemos que fijarnos las reglas de juego. Nos enteramos de las negociaciones porque lo comentó en comisión el senador Alberto Couriel (MPP); antes no teníamos noticias”, afirmó.
Para el líder de Correntada Wilsonista, la construcción de “la unidad en la diversidad” del partido no puede ir contra la realidad de que un partido funciona mejor cuando sus sectores negocian en conjunto. “No me parece correcto que se haya dicho --como se dijo-- que Alianza Nacional acordó con el gobierno porque es progresista y de centro. Si ser progresista y de centro es aceptar la posibilidad que se le dé a una autoridad administrativa extranjera mayores beneficios que a una autoridad nacional en desmedro de uruguayos y extranjeros radicados, prefiero no ser progresista ni de centro”, añadió.
No al texto ya acordado
El senador herrerista Luis Alberto Lacalle, por su parte, dijo al mismo matutino que “cada uno actúa en la vida política como le parece”. Según consta en versiones taquigráficas, el ex presidente preguntó en la Comisión de Hacienda: “En qué ámbito se van a realizar esas negociaciones porque nos gustaría participar en ellas. En ese sentido, me pregunto por qué no las hacemos aquí. No es algo indebido, pero nos gustaría saber en qué ámbito se van a dar las conversaciones para no venir con un texto ya acordado, sino que se discuta en este ámbito entre los integrantes de la comisión”.
Concentración de poder
La transformación de varios cargos tradicionalmente técnicos que pasarán a ser de particular confianza política dejó en la oposición la visión de que el gobierno pretende concentrar cada vez más poder en torno al presidente. El debate, en oportunidad de votarse el proyecto de Presupuesto en la Cámara de Diputados, se desató en torno al artículo 39 del proyecto presupuestal, que establece que varios cargos de alta prioridad y alta especialización pasarán el 1° de enero de 2011 a ser puestos de particular confianza política, según consigna “El País”.
Esa situación fue duramente criticada por la oposición en la sesión, donde blancos y colorados --que votaron en contra del Presupuesto pero terminó aprobado con los votos del Frente Amplio y el Partido Independiente-- argumentaron que estos nuevos cargos de confianza buscan “politizar la administración”, según resumió el diputado nacionalista Pablo Abdala. “¿El director del INE debe ser un técnico en Estadística o un votante del Frente Amplio? Así se empezó en Argentina hace pocos años, poniendo militantes políticos que dibujaban las estadísticas”, preguntó su correligionario Javier García.
Muerte de la alta prioridad
El ex subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Conrado Ramos, quien renunció en agosto, consideró que más allá de los cuestionamientos por la cantidad de cargos de confianza que crea al Presupuesto, “habría que criticar” el hecho de que “maten” el concepto de “alta prioridad y lo cambien por cargos de confianza política”. Considera que de esa forma “lo que avanza no es la profesionalización sino la politización en la gestión pública”.