Alejandra Parietti

Rurales | 19 Oct La genética, años de selección y un muy buen estado de las toradas, hacen del tradicional remate de la cabaña sanducera “Ñu Porá” de Glencoe S.G., una de las subastas clásicas del país y con precios que se ubican entre los mejores de la zafra nacional.
La preparación de los animales que se exponen en las diferentes exposiciones y que concurren al remate de la cabaña, presentan detrás un trabajo de varios años, que “viene precedido por un excelente trabajo de nuestros mayores, lo cual representa una gran responsabilidad para nosotros”, manifestó a EL TELEGRAFO, Alejandra Parietti.
Para la criadora sanducera “desde el momento que elegís el toro para determinada vaca, ya estás seleccionando al animal que querés en la cabaña”. Se sigue el proceso de la preñez y luego que nace, “se recorre varias veces el lugar donde se encuentra, se lo observa de atrás, los pigmentos y de ahí se van eligiendo para las exposiciones, para lo cual se sacan entre 30 y 40 toros anuales”.
Respecto a los pasos siguientes, indicó que “sé las diferencias para que se alimenten mejor y seguir observándolos y realizándose un tratamiento especial”.
Obviamente en estos casos, el recuerdo de “Popa” Parietti está presente. “Siempre lo recordamos y significa una gran responsabilidad, porque a veces hasta tenemos un poco de miedo en la elección de algún toro porque uno con la mejor buena voluntad puede equivocarse y elegir un animal que es demasiado grande o chico, o que tiene números que no son buenos”.
“En este caso, aparecen los datos fenotípicos del animal, como ser: que sean livianos al nacer, que tengan pigmentos, etcétera”.
Respecto a los vientres significó que la elección “se efectúa cuando son vaquillonas, descartándose las que nos parecen que no son tan buenas y reservamos las mejores y luego son inseminadas”.
En cuanto a los tradicionales remates de la cabaña, que este año logró un excelente promedio de U$S 3.365 por 66 ejemplares comercializados, precisó que previo a las ventas “siempre está la incertidumbre de cómo la gente ve los animales de la cabaña, si se venderá todo, pero felizmente eso desaparece a medida que transcurre el remate y se aprecia el interés de los clientes y amigos de la cabaña”.