Policiales | 20 Oct Un individuo poseedor de antecedentes penales fue enviado a la cárcel tras haber protagonizado un altercado con un juez, a quien tomó a golpes de puño en plena vía pública. El hecho se originó cuando el vehículo del ahora procesado rozó al del magistrado, que se encontraba estacionado.
Según datos extraoficiales relevados por EL TELEGRAFO, un llamado telefónico alertó a los efectivos de la Seccional Primera sobre un problema que se había originado a raíz de un roce entre dos vehículos. Personal de dicha repartición apoyado por sus pares de la Dirección de Grupos de Apoyo (D.G.A.) concurrió a Montevideo e Ituzaingó, donde el juez Francisco Rodríguez, de 63 años, dio cuenta que se encontraba estacionado en su auto con su esposa, la jueza penal de Segundo Turno Blanca Rieiro, cuando en determinado momento pasó otro vehículo por Ituzaingó al Este. Dicho auto rozó su vehículo y el conductor estacionó junto a la acera Este de calle Montevideo; inmediatamente descendió y comenzó un fuerte intercambio de palabas entre ambos hombres, llegando a tomarse a golpes de puño.
Trasladado Rodríguez a un centro asistencial para su examen médico, se le diagnosticó traumatismo ocular izquierdo, erosión y hematoma periorbitario, derrame sanguíneo ocular sin pérdida de agudeza visual. Posteriormente el oftalmólogo le diagnosticó traumatismo de ojo izquierdo, indicándole reposo por cinco días. En tanto, Jorge Ismael Bravo Garré, de 48 años, poseedor de varios antecedentes penales --entre ellos por lesiones personales--, fuen indagado y dijo que circulaba en el auto de su propiedad por calle Ituzaingó y que al llegar a Montevideo, sobre la acera sur se encontraba un vehículo mal estacionado, cuyo conductor permanecía dentro. Agregó que tocó bocina para hacerle notar su infracción, al tiempo que estacionó y posteriormente descendió del rodado, momento en el que se insultaron y se agredieron. Examinado por un médico, se constató que presentaba hematoma en cara y mano derecha.
La Justicia Penal dispuso que Bravo permaneciera detenido a su disposición y luego conducido a la sede judicial, para ser finalmente procesado con prisión por un delito de lesiones personales.