Opinion | 24 Oct Nuevamente se lleva adelante este año la campaña de vacunación contra el maltrato, una interesante propuesta por la cual niños y adolescentes “vacunan” simbólicamente a la gente con un caramelo como forma de generar conciencia para prevenir la violencia.
La 8ª campaña de vacunación contra el maltrato hacia niños, niñas y adolescentes ya comenzó en Salto, Colonia, Soriano, Maldonado, Canelones y Montevideo con un especial enfoque hacia la discapacidad como otra situación que en esta etapa de la vida genera mayor vulnerabilidad ya que esos menores tienen menos posibilidades de denunciar situaciones de abuso.
La iniciativa es llevada adelante por el programa Claves, que ya le extendió un certificado de vacunación contra el maltrato al ministro de Salud Pública, Daniel Olesker, comprometiéndolo a “escuchar a niñas, niños y adolescentes con toda su atención, sin enjuiciar, ni criticar” y también a “creerles cuando hablan de situaciones de maltrato”.
La campaña está involucrando a personalidades de los medios de comunicación, la música, el arte, la cultura, promoviendo que con sus mensajes contribuyan a generar una actitud de compromiso. La vacunación se realiza en 130 instituciones de todo el país. En ese contexto, son aproximadamente 3.000 adolescentes los que participan en la vacunación, con el objetivo de llegar a 60.000 personas.
Si bien Paysandú no participa oficialmente en esta singular campaña, bueno sería que su tema fuese tomado por las instituciones educativas, grupos que funcionan en los barrios y comunidades locales para centrar la atención en las variadas formas de maltrato que a menudo ejercen los adultos sobre los niños y adolescentes.
Instrumentar una “jornada de vacunación” no tiene más costos que las “dosis” de caramelos que se necesiten y es una buena forma de tratar un tema difícil con una sonrisa. De poner la cuestión del maltrato infantil y adolescente en la agenda pública y realizar un llamado de atención muy necesario en nuestra sociedad.