Paysandú, Jueves 28 de Octubre de 2010
Locales | 21 Oct Mañana, cuando a partir de las 20 se desarrolle una asamblea, el Club Remeros Paysandú pondrá sobre la mesa la posibilidad de bajar definitivamente la persiana, agobiado por la situación económica.
La institución, que el próximo 6 de enero cumplirá 110 años y que ha sido cuna de los máximos exponentes del deporte sanducero, no puede sostenerse pese a varios intentos. A tal punto que hoy tiene embargados los botes, los aparatos de gimnasia y hasta el ingreso de la cuota social que se paga mediante convenio con una tarjeta de crédito.
Los pocos dirigentes que le ponen el pecho a las balas no encuentran solución a esta bola de nieve que se generó desde la creciente anterior, que llegó justo cuando el club tenía la esperanza de poner algo de luz a tan oscura realidad.
“Desde la creciente hemos puesto plata de nuestro bolsillo y pedido la colaboración de amigos y allegados. Tenemos dificultades para todo: para pagar la luz, los sueldos, la leña para la piscina”, dijo con resignación el presidente del club, Alfredo Sánchez, con un nudo en la garganta producto de la impotencia de no poder superar la adversidad, pese a hacer lo imposible para revertir la historia.
Embargaron parte
de los ingresos
Los últimos tiempos han sido muy complicados. Se han desafiliado más de 100 socios y, como explica Sánchez, dejaron de ingresar al club más de $ 80.000 mensuales. Para colmo, “antes de la creciente aumentamos en un 40% el valor de la cuota, lo que nos permitió al mes siguiente pagarles a los funcionarios el aguinaldo entero, algo que nunca se había hecho, y además quedaron $ 30.000 en caja”. La expectativa era la mejor, pero el río no dio el respiro esperado.
Los socios mermaron y los daños generados por la creciente prácticamente sumergieron al club en la desesperación. Pero otro mazazo estaba por llegar: al Remeros se le embargó, entre otras cosas, parte de sus ingresos por cuotas sociales.
Betina Pizzorno, otra de las fieles allegadas al club que la vio nacer, explicó junto a Sánchez la situación que podría llevar a que las puertas del Club Remeros Paysandú se cierren. “Algunos socios pagan la cuota mediante una tarjeta de crédito que, a fin de mes, junta determinado dinero –-unos $60.000— que nosotros vamos a levantar para pagar la mitad de los sueldos. El resto lo pagamos con las cuotas que se cobran en el club. Pero se nos embargó la cobranza de la tarjeta de crédito y no nos pueden entregar el dinero, por lo que no podemos cumplir con los funcionarios”, indicó.
A esta caótica situación se llegó luego que, tras la creciente, un ex funcionario no aceptara ir a seguro de paro y, por el contrario, iniciara acciones judiciales contra el club para que se le pagaran 120.000 pesos. Si bien se llegó a un acuerdo para pagar unos 5.000 pesos mensuales al demandante, la deprimida situación económica de la institución solo permitió el pago de la primera cuota.
El embargo no solo alcanzó a ese dinero, sino también a los botes (pueden ser utilizados por los deportistas) y a los aparatos del gimnasio. Lo cierto es que hoy, con esta mala nueva, los dirigentes aseguran que el déficit de la institución supera los $ 60.000 mensuales, lo que hace que la situación sea insostenible.
La intendencia no puede
Los intentos desesperados de intentar poner de pie al Club Remeros Paysandú han fracasado en su totalidad, más allá de la colaboración de algunos amigos de la institución que, al igual de los dirigentes, han aportado dinero de sus bolsillos. Una de las esperanzas era golpear las puertas de la Intendencia, pero la respuesta no fue la esperada.
“Hablamos con el intendente con el objetivo de venderle servicios a la comuna, no para que nos ayuden gratuitamente. Pero la respuesta que recibimos es que no hay plata. Lo que nosotros ofrecimos fue vender nuestros servicios para un plan de desarrollo, es decir que la Intendencia juntara 120 o 130 chicos, a cambio de $ 60.000 por mes. La alternativa fue encarar algo con el Mides, pero es algo a largo plazo y nosotros pretendemos algo inmediato por la razón de que tenemos que cubrir los gastos del club”, explicó Sánchez.
Paysandú no reacciona
Los dirigentes, desesperados porque sostienen que es imposible que el Club Remeros pueda seguir funcionando así, aseguran que los sanduceros parecen haberse olvidado de la institución. “Seguimos peleando pero no da para más. La población no ha respondido, y parece que no le importa a Paysandú. Cuando asumimos, el impulso para trabajar lo daba la satisfacción de mantener a los chicos alejados de las cosas malas, de la droga. Y ahora, ¿cómo les decimos a los remeros, nadadores y tenistas que ya no van a poder entrenar y competir? Hay que darse cuenta que con cada cosa que se pierde, se muere Paysandú. Porque todo es parte de todo. Y parece que no se quiere pelear por un club como el Remeros, que va a cumplir 110 años”, expresó Sánchez.
“Se hizo de todo. Se firmó un convenio con el BPS que pasa saldar la deuda que había, se intentó mantener las instalaciones y a los funcionarios al día, pero no hemos podido cumplir con todo esto. ¿Qué puede pasar en la asamblea del viernes? Se anunciará que el club se va a cerrar y que, lamentablemente, todos irán a seguro de paro”, dijo Pizzorno.
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