Opinion | 22 Oct La reciente conformación del Comité Binacional de la Hidrovía del Río Uruguay vuelve a poner en el tapete el conversado tema de la integración regional, una realidad en muchas partes del mundo y aquí en la nuestra solamente un buen objeto de discusión.
Claramente el desarrollo regional en el Litoral pasa por una concepción binacional, en la medida que un río no separa sino que, por el contrario, une. Es el mismo río Uruguay el que nos convoca a pensar en forma conjunta, a actuar siguiendo objetivos comunes, a desarrollar políticas conjuntas.
Los actores políticos que han dado el paso para recomenzar una vez más el estudio de fórmulas de integración regional son aquellos que precisamente viven de cerca esta realidad, como actores políticos locales. Son los Intendentes quienes han visto la imprescindible necesidad de unión, de pensar y de actuar en común. Y junto a ellos los actores empresariales y sectoriales. Sin dudas, un selecto y distinguido grupo. No obstante ello, incompleto.
Porque si bien hay alguna representación estatal, es reducida y lejos de los grupos ejecutivos. Para lograr la unión real de una región binacional deben establecerse una serie de leyes y decretos que la habiliten y la hagan posible. El uso de los puentes internacionales no podrá agilizarse sin una legislación binacional especial que lo permita. El corredor vecinal no existirá si nadie lo declara legal. Las mercaderías zonales de una y otra margen no podrán venderse en la otra de manera rápida y con precios más competitivos, si no hay ordenanzas que establezcan un régimen especial de comercio.
Por tanto, la intención es muy válida y este movimiento es ciertamente deseable y necesario. Pero se hace imprescindible el apoyo directo, concreto y efectivo de ambos gobiernos. Es tiempo de dejar de pensar en lo ideal y de convertirlo en realidad. La historia lo reclama, desde Artigas mismo. Y aunque ha pasado el tiempo, todo sigue más o menos igual.
La integración regional es una eficaz herramienta de desarrollo. La adecuación legislativa es imprescindible para lograrla.