Paysandú, Jueves 28 de Octubre de 2010
Locales | 22 Oct La Escuela Técnica (UTU) de Guichón cuenta con 350 alumnos. El nivel socio cultural de la población estudiantil es medio-medio bajo. Los jóvenes provienen de familias heterogéneas, lo que incide en su formación. Una carrera corta y de rápida inserción laboral constituye una propuesta atractiva para quienes buscan trabajo. Los chicos llegan de centros poblados de la zona de influencia de Guichón, como Morató, Merinos, Piñera, Algorta, Piedras Coloradas y Orgoroso. El director del referido centro educativo, profesor Alberto Waldemar Piñeyro explicó la importancia que tienen estos cursos para los adolescentes del interior del departamento. “En primer lugar hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos se trata de chicos que hacen un enorme sacrificio. Ello es muy importante, porque nosotros sabemos que en algunos casos ambos padres están trabajando afuera en establecimientos rurales. Significa que los muchachos se levantan solos, desayunan y vienen a la escuela con una brutal responsabilidad. Mientras que otros llegan tarde a clases porque no pudieron levantarse temprano. Los chicos están solos, viven solos y es un detalle no menor. Nuestro compromiso desde la escuela es intentar consolidar cursos de segundo nivel a efectos de que haya una continuidad educativa en los muchachos y que no tengan un techo educativo. Esto quiere decir que desde la Escuela Técnica estamos sacando tandas de alumnos, que en alguno de los casos van a continuar en Facultad, otros van a seguir en Paysandú capital en el Instituto Tecnológico, mientras el resto podrá continuar en escuelas de nivel terciario. Por supuesto que no escapamos a un tema como la deserción, que es un problema muy grave y los técnicos del Ministerio de Educación y Cultura --de UTU o de Educación Secundaria– están realmente muy alarmados, dado que alcanza a alrededor del 30% de los inscriptos”. El director también subrayó que “existe una población en menor proporción proveniente de otros centros poblados de las adyacencia de Guichón”. Los problemas de traslado y el estado de la caminería también condicionan las posibilidades de continuar estudiando. “Poco a poco se ha venido paliando el déficit del transporte, porque se han incorporado nuevas líneas, intentando generar una frecuencia más continua hacia el ‘interior del interior’. Pero, como ello comenzó con el año avanzado, imposibilitó que los alumnos estuvieran desde el principio. De todas formas tenemos chicos de Morató, Merinos, Piñera, Algorta, Piedras Coloradas, Orgoroso y de Paysandú ciudad. En este último caso cumplen con bachillerato agrario. La escuela cuenta --a través de un contrato de comodato con el Correo Nacional-- con un edificio de dos plantas. A principio de año se hospedaban 12 chicos y 3 profesores, aunque actualmente hay 9 muchachos”.
Piñeyro destacó además que “el joven que decide hacer cursos en UTU busca encontrarse a sí mismo, persigue un horizonte, pero a veces no sabe muy bien qué es lo que quiere. Algunos dicen que les gusta el campo, pero dentro de las múltiples tareas no saben bien qué parte específica del campo. Por eso nosotros en cierta medida los vamos orientando, porque existen diversas actividades, tales como la forestación, agrícola y agrícola ganadero. Contamos con cursos vocacionales que permiten achicar las dudas respecto a en qué capacitarse. Hoy tenemos 4 bachilleratos en diferentes modalidades. Uno de ellos es el de profesional en instalaciones eléctricas, un primer año de informática, otro primer año en administración y los tres años funcionando a pleno del agrario. Si bien soñamos con otros bachilleratos, primero queremos consolidar lo que tenemos actualmente”, destacó.
El docente remarcó que “hay mucho interés en el sector privado en que estos bachilleratos se consoliden, porque van a poder contar con técnicos que ellos mismos van a absorber. Hay un claro ejemplo de ello en el proyecto de Guichón Innova, donde la empresa de Larrobla & Asociados --con su programa de BanTotal-- cuenta con 10 chicos de Guichón que han sido contratados para efectuar trabajos a empresas de Centroamérica y el Caribe. Son empleos pagos en dólares y los chicos lo hacen desde su propia ciudad. En algunos casos existen propuestas de traslado para Montevideo y otros para el exterior”. Finalmente Piñeyro remarcó que “llegar hasta el interior profundo continúa siendo una tarea difícil. En tal sentido hace algunos días viajamos con la alcaldesa de Guichón y un funcionario municipal hasta Arbolito --localidad ubicada 100 kilómetros al este de Guichón-- ya que necesitaban hablar con los vecinos que solicitaban un curso de panificación, y una reunión similar en Morató para tratar los cursos de artesanías en guasca que han sido un boom”, concluyó.
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