Nacionales | 28 Oct La posibilidad de que algunos inversores asiáticos se retiren del Uruguay ante su problemática relación con los sindicatos preocupa a Mujica, quien ordenó a los ministros de Industria y de Trabajo que intervengan “activamente” para evitarlo.
Tres empresas asiáticas de la industria automotriz (dos japonesas y una china), instaladas en Uruguay en los últimos cinco años, experimentan relaciones problemáticas con los sindicatos y la consecuencia no es otra que niveles insuficientes de productividad. Algunas, incluso, llegaron a evaluar la posibilidad de retirarse del país.
Según El País, aunque no se oficializó, la versión llegó a oídos del presidente José Mujica, que ayer puso el tema sobre la mesa en la reunión del Consejo de Ministros afirmando estar “particularmente preocupado”, contó el ministro de Trabajo Eduardo Brenta. “Los empresarios tienen una visión muy negativa e incluso algunos daban todo por perdido”, agregó el ministro.
El secretario de Estado explicó que el tema se trabaja conjuntamente con Industria, ya que es un sector que “ha crecido mucho en los últimos años” y es “muy importante para el país” por sus aportes de empleo e innovación.
Algunas fuentes vinculadas a estas empresas y que prefirieron no ser mencionadas explicaron que en las últimas horas los sindicatos, los empresarios y el gobierno realizaron un “pacto de silencio” para que el tema no tome estado público y todos terminen perjudicados.
Los mismos informantes manifestaron estar “gratamente asombrados” por la buena respuesta del gobierno, que aparentemente “intervendrá de manera centrada, sin favorecer a los sindicatos ni a nadie”.
El ministro de Trabajo afirmó: “Vamos a empezar a jugar activamente, con decisión. Todo el potencial negociador del Ministerio de Trabajo, y el técnico, del de Industria, van a estar destinados a solucionar esta problemática porque Uruguay no puede darse el lujo de perder estas inversiones”.
Ese “jugar activamente”, de Brenta, se traduce en tres focos de trabajo del gobierno: primero, establecer un ámbito tripartito de negociación específico para estas industrias, separado de la negociación colectiva y del resto de los sindicatos.
Segundo, separar los conflictos salariales de los que hacen a la organización del trabajo y tener claro que “lo que hay que hacer es encontrar soluciones para que la estructura industrial no se desplome y tanto empresas como trabajadores logren los niveles de producción que tienen que lograr”, explicó el ministro.
Por último, participar directamente en la capacitación y formación del personal a través del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), ya que “hay graves problemas de cultura”, en un porcentaje importante del personal contratado. En los últimos tres años este sector incrementó su caudal de trabajadores casi en un 500%, pasando de 2.000 a 10.000 empleos desde 2006. En el caso de la empresa china (Chery QQ), su llegada al Uruguay significó la primera inversión en el exterior, y la puerta de entrada al Mercosur, por lo que un fracaso “sería una mancha para todo el continente”, afirmó Brenta.