Paysandú, Lunes 01 de Noviembre de 2010
Rurales | 25 Oct Fueron divulgados oficialmente los datos de existencias vacunas y ovinas al 30 de junio de este año. De acuerdo con los datos de la Dirección de Contralor de Semovientes (Dicose), hay en Uruguay 11.228.000 vacunos y 7.842.000 ovinos. Comparado con el cierre del ejercicio anterior, hay una baja en la población de ambas especies, 4,3% los vacunos y 9,2% los ovinos.
Con estos datos, las Unidades Ganaderas (1 vaca cría = 5 ovejas) suman sólo 10.000.000, la cantidad más reducida desde mediados de la década de los años ‛70.
Más allá de los aspectos coyunturales que determinaron una caída de las existencias vacunas (principalmente la sequía de 2008/09), el hecho de que las Unidades Ganaderas sean las más reducidas en más de 30 años habla de una tendencia de contracción en el largo plazo que está determinada fundamentalmente por la caída del stock ovino.
En 1979 había en el país 10.300.000 vacunos y 17.300.000 ovinos. Los primeros aumentaron en 900.000 cabezas (+9%), pero los segundos se redujeron en casi 10.000.000 de animales (-55%). Las Unidades Ganaderas cayeron de 12.600.000 a 10.000.000, una reducción de 20%. La competencia por la captación de la tierra entre la agricultura y la forestación se está haciendo sentir en las existencias animales.
Los muchos años de baja rentabilidad para el negocio ovino lo llevaron a perder pie frente al vacuno, su principal competidor por la tierra.
La caída del rodeo vacuno es algo inferior a lo que se preveía, fundamentalmente debido a que la contracción en la cantidad de terneros no llegó a ser del tenor de lo que se esperaba. De todas maneras, se trata del stock más bajo desde 2001. Según las cifras de Dicose, había en el país al 30 de junio 412.000 terneros menos que un año atrás, totalizando 2.340.000. Los pronósticos apuntaban una caída mayor, en el entorno de los 2.000.000 de cabezas, ya que se trata de los animales concebidos en plena sequía. Esta cantidad de terneros significa que el porcentaje de destete este año fue de 60% mientras se estimaba una proporción de entre 53% y 55%.
En las demás categorías, la que más cae es la de vacas de invernada, 23,5% en el año, con lo que --pasada la sequía-- vuelve a los niveles de 2007 y 2008. Por el contrario, el número de vacas de cría crece 0,92%, a 3.930.000, favorecido por los altos precios de los terneros. Este número --y la baja faena de vacas en este segundo semestre del año-- dan cuenta del proceso de retención de vientres en el que está en estos momentos el sector criador.
En cuanto a los novillos, hay un moderado aumento en el año, dado fundamentalmente en la categoría de dos a tres años (+5,7%). La cantidad de novillos de más de dos años crece a 1.410.000 (+3%), por lo que en principio se puede suponer un moderado aumento en la oferta de estos animales para faena, aunque ello contrarrestará sólo parcialmente la caída en la oferta de vacas.
Perfil
Durante la conferencia de prensa en la que se presentaron los datos el director general de los Servicios Ganaderos, Francisco Muzzio, destacó el “perfil criador” de los datos, dado por el aumento de la proporción de las vacas de cría.
La tasa de extracción es elevada pero en niveles sostenibles, de 25%. La faena y la exportación en pie suman muchos más animales que los que generaba aquel rodeo vacuno, sólo escasamente inferior en el número total pero plagado de novilladas de más de cuatro años, tremendamente ineficiente.
La baja de las existencias ovinas es mayor de lo que se suponía. Sumaron sólo 7.840.000, con caídas de entre 10% y 15% para la mayoría de las categorías. La excepción fueron las ovejas de cría, cuyo descenso fue de menos de 7%, a 4.100.000 de animales. En el caso de los ovinos hubo un aumento importante en la mortandad, a 647.000 animales (unos 100.000 más que en el ejercicio anterior) y un moderado descenso en el consumo predial, a 808.000 cabezas.
Lo que es insostenible es la tasa de extracción de los ovinos, de más de 40%, récord absoluto para la especie en la serie histórica de datos de Dicose, desde mediados de los ‛70. Muzzio consideró que el fuerte aumento en el precio de la carne ovina puede haber contribuido a este crecimiento. Pero este aumento del precio debería ser, en el mediano plazo, la causa de que se detenga la reducción de la majada y comience la recuperación, seguramente con un perfil más carnicero y, por otro lado, con una mayor proporción de lanas finas, que son las que se hacen valer.
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