Paysandú, Martes 09 de Noviembre de 2010

Puertas Adentro

Las cartas de la culpa y la traición

Locales | 07 Nov PUERTAS ADENTRO, de Florencio Sánchez, por UTU de Young. Sexta Muestra Internacional de Teatro Mercosur Interior, “Atahualpa del Cioppo”. Teatro Florencio Sánchez, jueves 4 de noviembre de 2010.
Con solamente dos personajes, Florencio Sánchez se las ingenió para exponer con crudeza la doble moral de la sociedad de comienzos del siglo XX, con sirvientas que eran menospreciadas por la sociedad solo por su trabajo y con señores y señoras de sociedad que se amparaban en su poder económico para cubrir la podredumbre moral en que vivían.
La historia de Pepa y Luisa, dos sirvientas de familias burguesas vecinas, desnuda otras historias, escondidas en los antecesores de los mensajes de texto de hoy, las cartas con perfume a traición. A través de ellas descubren que el patrón de una mantenía relaciones ilegítimas con la patrona de la otra, y viceversa.
La obra es una de las más representadas de Sánchez, especialmente en elencos jóvenes o con escasa experiencia. Pero en verdad, no por obra corta, ni por ser una de la primera etapa del gran dramaturgo uruguayo, carece de complejidades escénicas. Sustentada en dos personajes, el gran desafío está no sólo en lo que el texto dice sino en lo que sugiere.
La puesta en escena, llevada adelante no por un grupo teatral establecido sino por alumnos de Secundaria, expone lo que dice el texto, pero no considera las implicaciones de los silencios, las pausas, las miradas de complicidad.
Sin dudas, es un logro que se haya llevado a escena y que la obra transcurra sin pausas, en la medida que son intérpretes en el mismo comienzo del camino, del complejo y a veces tortuoso camino de la interpretación.
La esencia de los personajes fue comprendida, pero la dirección no reparó en la necesidad de pausas y silencios, por lo que la obra aparece apresurada, sin que los intérpretes tengan oportunidad de exponer con real profundidad el mensaje de Sánchez, su mirada sarcástica a una sociedad en la que algunos cubrían con dinero, rezos y apariencias, sus miserias.
El camino ha empezado para estos intérpretes y para los responsables de la puesta. Sánchez no es fácil ni siquiera en estas primeras obras. Es un error que frecuentemente se comete cuando se quiere llevarlo a escena en ámbitos no dedicados de manera principal al teatro. Esta es una puesta en escena con errores claros, pero a la misma vez, una que abre el camino, que podrá ser exitoso en la medida que quienes hoy son estudiantes de Secundaria, abracen el teatro desde el aprendizaje y de allí nuevamente a la escena.
E.J.S.


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