En Paysandú

Rurales | 05 Nov Diversos daños, en algunos casos que pueden considerarse importantes y cuantiosos, están originando las palomas en cultivos de soja en emergencia. Esto se desprende de la información aportada en la charla realizada en Paysandú por las licenciadas Ethel Rodríguez y Lourdes Olivera, de la Dirección General de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Ambas profesionales trabajan en el proyecto FPTA 284, incremento de rendimiento de cultivos oleaginosos y cerealeros invernales, mediante el manejo ambientalmente sustentable del daño de aves.
A la charla realizada en las instalaciones del Golf Club y promovida por la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), filial Paysandú, concurrieron productores y técnicos preocupados por la incidencia que está teniendo esta ave en los cultivos de verano.
“Tenemos desde hace dos años este problema de daños de paloma en soja en emergencia, que va creciendo rápidamente”, indicó a EL TELEGRAFO la licenciada Rodríguez. “Comenzó por el Este del país y desde el año pasado se conoce una fuerte incidencia en varias provincias argentinas (Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Tucumán), en toda la zona sojera de ese país”.
Acotó que “lamentablemente este año comenzaron a observarse las consecuencias en el litoral oeste de nuestro país con mucha fuerza”.
“Hasta el año pasado el daño era puntual y causado por la paloma de monte (paloma grande). Este año en el contacto con los productores y en especial con gente de la zona de San Javier, nos manifiestan que el daño es importante, aunque no ha sido cuantificado aún, y que ha sido producido por la paloma torcaza mediana”.
Daños
Los daños producidos por la paloma torcaza, la paloma de ala manchada o la paloma grande de monte, pueden ser totales ya que al cortar la parte apical de la planta le causa la muerte. Pero también pueden ser parciales, al consumir las palomas parte de los cotiledones pero dejando suficientes nutrientes para que la planta pueda continuar su crecimiento hasta la emergencia de la primer hoja verdadera.
No obstante, el crecimiento de las plantas es más lento que el de aquellas con sus dos cotiledones normales.
Estas tres palomas pertenecen a distintas especies, y las razones por las que se han transformado en problemas son varias. Entre las más importantes, se destacan: paisaje en mosaico (alternancia de bosques artificiales y/o naturales con cultivos y fuentes de agua); creciente oferta de alimento por el incremento de la superficie plantada y la existencia de alimento durante buena parte del año (consiste fundamentalmente en semillas de soja y maíz que quedan luego de la cosecha).
Estrategias
Respecto a las estrategias recomendadas para el manejo del daño, las licenciadas se refirieron a la prevención, protección y el control.
Al referirse a prevención, indicaron que aquellas chacras bien implantadas y de grandes extensiones, plantadas en fecha y que se encuentre geográficamente rodeada de cultivos, tienen menos chances de ser afectadas.
En cambio, las chacras heterogéneas, ya sea con implantación despareja, nivelación del suelo insuficiente, pequeños potreros o muy alargados y que se encuentren en zona de frontera agrícola o tengan montes artificiales o naturales a poca distancia, son muy atractivas para las aves y tienen grandes posibilidades de tener daño.
Prevención
Entienden que “siempre la prevención es lo más barato”, por lo cual consideran importante “no desestimar algunas reglas”.
En aquellas zonas donde siempre hay daño de aves, el uso de repelente como curasemillas previene esos daños. Al momento, “el metiocarb es el principio activo que está registrado a tal fin. Siga las instrucciones de etiqueta, mezcle semillas tratadas y sin tratar en proporción 50:50 y obtentrá una protección segura”.
Protección
Sostienen que la chacra “debe inspeccionarse cada semana para detectar la aparición de aves y daños.
Para ver las palomas, se debe ir al campo dos horas después de la salida del sol o en horas de la tarde.
Control
El control letal mediante el uso de cebos tóxicos está prohibido por ley (Decreto 164/996). El mismo resulta inefectivo y altamente nocivo para el ambiente, ya que elimina otras aves que se desean proteger y no se ha visto que sea efectivo en la disminución de daños.
Por tal motivo, la forma de control que se recomienda son las aplicaciones de los repelentes químicos antes mencionados, en conjunto con las buenas prácticas agrícolas tendientes a la prevención del daño.