Deportes | 06 Nov “Es la decisión más sana y más justa, pero nos quitaron la ilusión de subir”. La frase rondó una y otra vez el ambiente de la sede de Barrio Obrero, donde dirigentes, jugadores y socios manifestaron su dolor por decidir retirarse de la Liguilla de la Unica Divisional de Ascenso, luego de sentirse despojados por el árbitro Antonio Gares y perjudicados por la decisión del Tribunal de Penas.
Gares finalizó el partido ante Progreso estampando que Barrio Obrero había quedado en inferioridad numérica luego de las protestas de los del Este, tras haber recibido el empate más allá del tiempo de descuento indicado por el árbitro. Y el Tribunal de Penas, tras estudiar el informe del colegiado, definió dar por ganador a Progreso por 4 a 1 (el partido terminó 1 a 1).
Por eso, Barrio Obrero definió no presentarse esta noche para jugar por la tercera fecha de la Liguilla, ante Rampla.
“Una marca en el fútbol”
En la tarde de la víspera, un grupo de unas 20 personas representando a jugadores, dirigentes, hinchas y socios, entregó un comunicado de prensa en el que se anuncia la decisión y el motivo de la misma.
“Queremos que se escuchen las dos campanas. Algunos dirigentes querían jugar, pero la idea –que salió de los jugadores— fue respaldada. Esto va a dejar una marca en el fútbol, en la Liga… Ojalá sirva para mejorar. Pero nosotros estamos humillados”, se dijo por parte de uno de los futbolistas, no sin antes repetir que la determinación fue difícil de tomar.
“Gares nos perjudicó en los tres partidos que jugamos ante Progreso”, repitió un dirigente, al tiempo que las opiniones fueron apareciendo también por parte de los socios.
“Todos queríamos subir, pero tuvimos que tomar esta difícil determinación. Al primer partido (de la Liguilla) lo perdimos nosotros, pero en el segundo nos mataron. A nosotros nos castigan y al árbitro lo premian con más partidos”, se afirmó.
Lo cierto es que Barrio Obrero resolvió por unanimidad “no presentarse a jugar este encuentro (ante Rampla) y cargar con todos los gastos y responsabilidades que esto lleva”, según dice el comunicado entregado y firmado por muchos de los presentes.
Al enumerar los motivos, primero aparece “el despojo descarado que tuvimos el sábado anterior en el partido ante Progreso”, estableciendo que Gares sacó siete amarillas, solo a Barrio Obrero, y no cobró una mano en el área de Progreso, pese a que la pelota fue “sacada dentro del arco” de los azulgranas.
Además, se agrega que el árbitro adicionó “tres minutos a todos los vientos” y se jugaron “más de cuatro”, surgiendo “la incidencia del gol del empate, hecho que trajo un descontrol por parte de los jugadores y cuerpo técnico, llevándonos a protestas continuas contra el juez del partido”.
En otro párrafo de la nota, Barrio Obrero anuncia el retiro de la confianza del Colegio de Arbitros y solicita su renuncia. “No podemos creer que se defienda lo indefendible”, reza el comunicado, indicando que muchos dirigentes de la Liga y de órganos competentes estaban en la cancha durante lo sucedido.