Locales | 13 Nov Yo decidí salvar tu vida... y la mía”, es una de las expresiones utilizadas para fomentar la donación de sangre, que ayer se conmemoró en Uruguay. Varios de los 2.000 sanduceros que donan sangre anualmente se presentaron ayer en el Servicio de Hemoterapia del Hospital Escuela del Litoral a cumplir con esta acción solidaria en el día que se recuerda la importancia de la donación voluntaria.
Destacan quienes están a cargo del Banco de sangre que “si todas las personas aptas para donar sangre entre los 18 y los 65 años fueran donantes al menos una vez al año, en nuestro país no tendríamos dificultades con la sangre y sus derivados”.
Siguiendo este razonamiento, apelan a la comprensión de los ciudadanos “y el compromiso con el Banco de Sangre que protege al donante, sus familiares y sus amigos”.
Recuerdan que la sangre no puede ser sustituida, es un recurso vital y escaso y que “no se compra ni se vende, es un tejido humano y como tal se dona en forma benévola y altruista”.
Entregar lo
mejor del corazón
A eso apelan el Banco de Sangre y también la Cruz Roja Uruguaya y la Media Luna Roja (para el caso de los musulmanes), que tienen además clubes de donantes, donde se genera algo así como un “seguro de sangre”, lo que determina que si alguien lo necesitase en un futuro, el ser donante le garantiza ese retorno.
Para donar sangre, los requisitos son tener entre 18 y 65 años de edad, pesar más de 50 kilos, haber dormido más de seis horas la noche anterior, tener buena salud en general (no ser hipertenso, diabético, no tener resfrío o gripe u otra afección).
El donante debe tener un ayuno de entre 4 y hasta 12 horas, aunque puede ingerir líquidos azucarados, como te, refrescos o café, también mate, pero no haber tomado leche. Deben haber pasado 3 meses al menos en el hombre y 4 meses en la mujer desde la última donación.