Mejora al medio ambiente

Locales | 13 Nov La planta desulfurizadora de combustibles de la refinería de Ancap en el barrio montevideano de La Teja está recibiendo más equipos para completar la producción de gasoil y naftas sin azufre, lo que redundará en un doble beneficio: habrá menos agresión al medio ambiente y se reducirán las importaciones para la industria local, según dijo a EL TELEGRAFO el ingeniero Gustavo Delistovich, Jefe de Operaciones de Ancap. En una de las tareas que se llevan a cabo en la refinería, las más importantes de los últimos años, la empresa Astra Evangelista de Argentina, perteneciente al Grupo Repsol YPF, construye la planta con un costo general de 300 millones de dólares, ocupando a más de mil trabajadores. La obra estará pronta el año próximo.
Tres plantas
Se trata de un complejo con tres plantas y tres reactores desulfurizadores, en una de las cuales se desulfuriza el gasoil, dejando 50 partes de azufre por millón. En este caso el reactor es de origen español, y tiene una resistencia para 50 atmósferas, equivalente a 50 kilos de presión por centímetro cuadrado. Una segunda planta es para desulfurizar la gasolina de cracking y dejar 30 partes de azufre por millón, que es precisamente el destino de estos reactores (foto). La gasolina de cracking es el producto previo del cual, luego del llamado “craqueo catalítico”, se usa para la producción de los distintos tipos de nafta que elabora Ancap, y que es mezclado en otra de las dependencias de la planta. Cabe recordar que el gas oil y las naftas super y especial ya están desulfurizadas.
En la tercera planta que se está construyendo se recuperará el azufre extraído y lo convertirá en “azufre elemental” en un volumen de 30 toneladas por día, que se venderá básicamente a la empresa Isusa, que hoy tiene que importar el 100 por ciento del azufre que necesita para sus productos. De esta manera, además de mejorar los combustibles, se bajará el costo de producción y se sustituirán importaciones.
MÁs de mil trabajadores
Delistovich comentó que hay más de mil trabajadores cumpliendo las distintas etapas de producción que encaró la empresa argentina. “Hay más trabajadores de AESA que de Ancap”, bromeó otra fuente consultada.
De ese millar de obreros, la gran mayoría son uruguayos, y la empresa responsable del trabajo aportó el personal de dirección técnica y algunos de los obreros calificados, sobre todo para tareas en que no hay muchos uruguayos en condiciones de cumplir. Si bien los 300 millones de dólares no serán necesariamente recuperados ni con el azufre ni con un plus en el precio de venta de la nafta --sino seguramente se reducirá el margen de ganancias--, la inversión fue considerada “necesaria” por la demanda internacional a la atención del cuidado del medio ambiente, y también porque muchos motores de vehículos vienen para ser utilizados con naftas y gasoil sin azufre, por lo que Ancap decidió también acompañar estos cambios tecnológicos.