Locales | 15 Nov La clásica y larga línea de uno de los autos mejor logrados de la General Motors, el Chevrolet Impala de los años 60. En este caso se trata de un modelo cuatro puertas, falso convertible 1965, pintando en tono azul; con atractiva presentación, estéticamente muy correcto en chapa y pintura, aunque con variantes en algunas de sus áreas.
Genaro –solo mencionó su nombre-- adquirió el Impala en 2002. Desde entonces fue llevando a cabo distintas refacciones que abarcaron, por ejemplo, el tren delantero, frenos, tapizados, repaso de la chapa y una nueva pintura, en este caso empleando --explicó-- un código para llegar al color buscado. El Chevrolet Impala es impulsado desde hace un tiempo por un motor Nissan de 4 cilindros a nafta. Originalmente el motor era un 8 cilindros y en determinado momento también tuvo un Malibú.
Se cambió el rodado original por uno de tipo más moderno y tiene llantas de 15 pulgadas en lugar de las de 14 originales. Este Impala, del tipo falso convertible (sin parantes intermedios) muestra un amplio parabrisas envolvente, no así la luneta trasera, más bien recta. Las líneas son sobrias, rectas, con excepción de una pequeña ondulación en la parte alta anterior del guardabarros trasero. En el frontal, la amplia parrilla a todo lo ancho y los cuatro faros en doble batería. En la popa se destaca el amplio baúl y la doble batería con tres faros por extremo, correspondientes a las luces de posición y frenos. El habitáculo es amplio, cómodo, con el tablero y volante original y los tapizados en color celeste. Un auto grande, largo, ancho; un bote de aquellos de los años sesenta.
APUNTES TECNICOS
Motor: sustituido el original de 8 cilindros, ahora es impulsado por un Nissan 4 cilindros de 2 litros.
Caja de cambios: ahora con la correspondiente al nuevo motor, de 5 marchas y reversa, manual, palanca al piso.
Embrague: hidráulico.
Dirección: hidráulica.
Frenos: hidráulicos.
Suspensión: con espirales, catres, amortiguadores y barra de torsión.