Paysandú, Miércoles 24 de Noviembre de 2010

Uruguay no está solo contra el tabaquismo

Opinion | 17 Nov Uruguay es sede de la cuarta reunión de los países firmantes del Convenio Marco para el Control del Tabaco, con la participación de unos mil congresistas que se dan cita en Punta del Este, entre autoridades públicas y representaciones de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo.
El evento tiene lugar en nuestro país en clara adhesión y reconocimiento a la actitud adoptada a partir de la decisión del gobierno de Tabaré Vázquez de aprobar primero un decreto y luego una ley antitabaco, centrada fundamentalmente en la prohibición de fumar en lugares cerrados, así como serias restricciones en la publicidad y la obligatoriedad de advertencias en las cajas de cigarrillos sobre los perjuicios que provoca el humo de tabaco.
En la apertura de este foro el presidente de la República, José Mujica, afirmó que la lucha contra “ese enemigo dificilísimo” que es el tabaco tiene “un consenso nacional” en el país, pero destacó el énfasis “capital” que se impulsó para limitar el consumo de tabaco durante el gobierno de Tabaré Vázquez. Según Mujica, “nuestro pequeño país ha sido un franco laboratorio práctico de acciones por el bien de la humanidad, pero también un laboratorio de enfrentamiento con una multinacional que tiene que ver mucho con el comercio del tabaco y con todo lo que ello significa”.
Señaló luego que por su lucha contra el consumo, el país se ha transformado “en un doble campo de experimentación en el terreno de la ciencia y de la vida, y también para dar una prueba del uso de los resortes jurídicos, para complicarle la vida y la soberanía a una pequeña nación que tiene la osadía de defender la salud de su gente”, aludiendo al juicio promovido por la multinacional tabacalera Philip Morris.
Por su lado, el ministro de Salud Pública, Daniel Olesker, dijo que la pulseada contra las tabacaleras “se gana, primero, con voluntad política, segundo con conciencia ciudadana y tercero con normas legales que de alguna manera generen las condiciones para ello”. Manifestó que el apoyo político está y también la declaración de la Organización Panamericana de la Salud, y el respaldo de todas las bancadas. “Pero el principal apoyo es el que sentimos de los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria, que están junto a nosotros al pie del cañón en esta cruzada”, agregó.
En cuanto a cifras, Olesker destacó que la reducción del consumo del tabaco es del orden del 25%, en tanto la de infartos de miocardio, comparando un año antes y un año después de la ley antitabaco de Uruguay, descendió un 17%, en tanto hubo una reducción de las partículas derivadas del consumo de tabaco, con el mismo parámetro. “Pero el principal resultado que tiene que tener esta política --dijo el ministro-- es que cada vez menos generaciones ingresen a fumar. Ese resultado, a largo plazo, nos garantiza que en un determinado período no tendremos fumadores en el país”.
Evidentemente, caben reflexiones desde varios puntos de vista a propósito de esta cruzada que desarrolla nuestro país contra el tabaquismo, pero sobre todo respecto a los elementos que han coadyuvado para que se mantenga en forma sostenida a lo largo ya de los años, y ello es consecuencia sobre todo del respaldo y vigilancia social que ha generado esta iniciativa promovida con singular éxito por el ex presidente Tabaré Vázquez, lo que es particularmente destacable en un país en el que lamentablemente se suele borrar con el codo lo que se escribe con la mano, ya que muchas leyes que se aprueban luego no se cumplen y con el tiempo ser va perdiendo la salvaguarda de las normas.
En este caso, la gran mayoría de la población lo ha apoyado con un grado de conciencia que sin embargo no se pone de manifiesto en la misma medida en otras áreas que son también importantes en beneficio de la salud y para la vida cotidiana, como es por ejemplo el tránsito, por lo que estamos realmente ante un fenómeno sico-social que rompe, felizmente para bien, con la tradición de una cultura latina de prescindencia y escaso sometimiento a las normas, sea de la índole que sean.
Situado en estos términos, es claro que corresponde sostener y redoblar esfuerzos por la concientización que con buen suceso se lleva adelante en escuelas y en menor grado en Secundaria para advertir sobre los peligros del tabaquismo, a lo que deben agregarse acciones con similar perfil en todos los sectores de la población, sobre todo con especial énfasis en los sectores de jóvenes donde se genera el foco que luego lleva a las graves consecuencias por todos conocidas.
La vigilancia social, además, a cargo sobre todo de los no fumadores, ha permitido que Uruguay sea situado como ejemplo en todo el mundo en cuanto a la lucha contra esta adicción, y la elección de nuestro país como sede para este foro, así como la adhesión unánime de autoridades y organizaciones no gubernamentales.
También los ofrecimientos de apoyo de toda índole en el juicio contra la Philip Morris, dan la pauta de que no estamos solos en una cruzada contra una pandemia que ocasiona más de 7 millones de muertes por año en el mundo, y serios problemas de salud y económicos que resultan incuantificables por sus catastróficas consecuencias.


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