Paysandú, Jueves 25 de Noviembre de 2010
Locales | 21 Nov Uruguay lleva adelante un programa de monitoreo continuo de la salud que tiene características únicas en el mundo: desde hace tres años y hasta 2012 mil niños y adolescentes de Fray Bentos están siendo objeto de estudios médicos y seguimiento para evaluar su función respiratoria, en prevención de eventuales afectaciones debido al funcionamiento de la planta de celulosa de UPM, ex Botnia.
La tarea es llevada adelante por la División de Salud Ambiental y Ocupacional del Ministerio de Salud Pública e involucra a unos 1.000 niños, 500 de la ciudad de Fray Bentos y otros 500 de Rocha, que funcionan como grupo de referencia.
Consultada al respecto, la doctora Carmen Ciganda, responsable de la referida repartición del MSP, dijo a EL TELEGRAFO que si bien no se puede hablar de conclusiones del estudio puesto que aún está en desarrollo, los datos obtenidos hasta el momento indican que la salud de los niños que son monitoreados en Fray Bentos es normal y no se produjeron cambios.
“Todavía no tenemos elementos para hablar de tendencias pero podemos decir que los valores encontrados están dentro de los parámetros normales para la edad, peso y sexo de los niños y adolescentes estudiados. No encontramos diferencias entre los que viven en la ciudad de Fray Bentos y los de Rocha”, enfatizó la especialista.
SEGUIMIENTO RESPIRATORIO
“En 2006 comenzamos a plantear un plan de monitoreo y vigilancia en la ciudad de Fray Bentos con motivo de la instalación de la planta de procesamiento de celulosa de Botnia, hoy UPM, un emprendimiento sin antecedentes en el país”, dijo. Explicó que inicialmente se trabajó en la elaboración de una “línea de base”, algo así como una fotografía de cuáles eran las afecciones prevalentes en la población de Fray Bentos. La otra línea de acción fue el inicio de una evaluación de salud prospectiva que acompañará en el tiempo el desarrollo de la actividad de la empresa. La línea de base fue elaborada en 2007 en base a consultas a agentes de salud locales tanto públicos como privados y emergencias móviles respecto a cuáles eran las afecciones por las que más consultaba la población en las policlínicas de emergencia y comunes.
El estudio prospectivo, denominado “Proyecto de evaluación de la funcionalidad respiratoria en escolares de las ciudades de Fray Bentos y Rocha”, comenzó en 2007 y se desarrollará hasta 2012. Los especialistas enfocaron su trabajo en la calidad del aire relacionando esa variable con posibles afectaciones en la salud humana. “El objetivo es relacionar durante cinco años datos de las emisiones atmosféricas y la calidad de aire de mediciones realizadas en Fray Bentos con los resultados del seguimiento respiratorio de una población”, dijo la doctora Ciganda.
CONTROLAN MIL NIÑOS
Para realizar el estudio fueron seleccionados 500 niños y adolescentes, descartando a adultos que pudieran tener ya una afección respiratoria vinculada a otros factores, y a la vez, una cantidad idéntica de niños y adolescentes que oficiaran como grupo de control. Estos debían ser de una ciudad de similar tamaño a Fray Bentos pero ubicada en una zona donde no existiera una industria de las características de Botnia.
“Por el número de habitantes y número de niños en edad escolar, la ciudad que más se acercaba a Fray Bentos era Rocha”, explicó la especialista. Asimismo, se optó por trabajar con niños de escuelas y liceos públicos porque “son la mayoría” y dada la facilidad para contar con la autorización del Codicen. Todos participan voluntariamente en el estudio, con el consentimiento de sus padres.
El monitoreo es instrumentado por el MSP con apoyo de un grupo de neumólogos pediatras que había realizado un trabajo de similares características, las cátedras de Pediatría, Estadística y Neumocardiología de la Facultad de Medicina, la Sociedad Uruguaya de Pediatría y el CODICEN - ANEP, CETP-UTU.
La primera evaluación de la función respiratoria de todos los niños participantes del programa fue realizada antes del inicio de la actividad de la planta de celulosa, la segunda fue en abril de 2008 y luego el estudio se repitió y repetirá cada mes de octubre de los años subsiguientes hasta 2012 comprendiendo a los mismos niños de cada ciudad. Además de visitarse las escuelas, cada ciudad cuenta con una base fija donde se puede realizar el estudio a los efectos que allí puedan realizarse el control los niños que faltaron a clases.
El estudio médico que se les realiza no es invasivo y consiste básicamente en espirometrías. “Cada niño es pesado, medido, ascultado y se le mide el perímetro torácico. Luego debe soplar tres veces en en un tubito vinculado a un sistema computarizado que graba el resultado en nuestras computadoras. Si detectamos que hay alguna alteración de su capacidad funcional respiratoria, se le hace un pase a su médico tratante porque nosotros hacemos vigilancia, no asistencia”, dijo Ciganda.
SIN ANTECEDENTES
“Hemos hecho consultas con otros países y técnicos de la Organización Mundial de la Salud pero no encontramos en el mundo otro estudio similar al que estamos realizando en Uruguay. Los estudios de función respiratoria que existen son puntuales o más cortos y además todos se han realizado o realizan después que ya está expuesta la gente”, explicó.
Agregó que “la diferencia de nuestro estudio es que a partir de un conflicto ambiental en el marco del cual algunos sectores planteaban que podría haber una afectación de la calidad del aire que repercutiera en la salud de la gente, nos propusimos evaluar una comunidad partiendo de una línea de base previa a la instalación de la industria, y luego seguir evaluando durante cinco años de funcionamiento de la misma. No hay antecedentes de estudios con estas características”, dijo. Al preguntársele si tampoco son realizados en países en los que existen plantas de celulosa desde hace mucho tiempo, la especialista en salud ambiental reafirmó que “no se hacen este tipo de estudios, de pronto sí a lo trabajadores pero no a las comunidades”.
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