Paysandú, Sábado 04 de Diciembre de 2010
Opinion | 28 Nov No más de medio centenar de personas se hizo presente en el Auditorio Municipal “Miguel Angel Pías” de la Dirección Municipal de Cultura, respondiendo a la convocatoria formulada por la Intendencia Departamental para participar en la audiencia pública a efectos de difundir sus alcances y recoger planteos y sugerencias de la población respecto al Plan Local de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible de la Ciudad de Paysandú y su Microrregión.
Esta instancia forma parte de las disposiciones establecidas en la Ley de Ordenamiento Territorial 18.308, desde que esta problemática afecta en mayor o menor medida a todos los habitantes del departamento, aún de aquellos que en principio podrían encogerse de hombros ante una instancia de estas características, al razonar que “no tengo nada que ver en esto”.
Ello puede explicar la menguada concurrencia al auditorio municipal, donde los integrantes de la Oficina de Ordenamiento Territorial, encabezados por el director de Planeamiento, Ing. Agrim. Federico Pollini, expusieron los elementos de este plan que se está elaborando desde la anterior administración, en 2006, y que en la continuidad de la gestión municipal las sucesivas etapas se han traspasado de un gobierno a otro. Por lo tanto ha correspondido a la actual administración municipal llegar a esta instancia a efectos de recoger inquietudes, eventualmente incorporarlas al proyecto final y luego entregarlo a la Junta Departamental para su aprobación y sanción a fin de poder aplicarlo, lo que tendrá lugar durante 2011.
Y al intentar “explicar”, sin dudas corresponde evaluar que para que se haya llegado a contar solo con la presencia de agentes inmobiliarios, ediles, profesionales vinculados al tema y alguno que otro empresario, ha contribuido el hecho de que esta instancia no ha tenido la suficiente difusión por el gobierno departamental, conjugada con la prescindencia y/o desinterés del ciudadano común y aún de entidades y organismos que de una u otra forma deberían por lo menos comparecer para enterarse de qué se trata.
Debe tenerse presente que un plan de estas características, si bien conlleva manejar elementos técnicos en una variedad de aspectos, entraña la forma de encarar el desarrollo de los próximos veinte, treinta, cincuenta años, de Paysandú y su microrregión, por lo que no están en juego solo intereses inmobiliarios, como podría parecer a primera vista, sino la filosofía que marcará a fuego el crecimiento del terruño de todos, lo que da la pauta de que en esencia es mucho más importante que un Presupuesto Participativo, en el que se ha puesto énfasis en la participación con estímulos focalizados en iniciativas muy concretas y no precisamente siempre en base al interés general.
Es cierto, para estructurar este proyecto se hicieron múltiples consultas a técnicos, representantes de instituciones y fuerzas vivas, que dieron su parecer en una serie de aspectos, como corresponde al criterio de elaboración de una iniciativa de esta proyección, pero este es precisamente el momento en que los propios interesados deberían enterarse acerca de si sus aportes han sido recogidos y de qué forma, a la vez de opinar sobre la vasta problemática en juego.
El proyecto implica recoger elementos y adoptar en la forma más consensuada posible políticas, estrategias y líneas de trabajo para el ordenamiento del territorio y la mejora del medio urbano y rural, definiendo los elementos clave de la estructura que se seleccionen como soporte del ordenamiento urbanístico, establecer las orientaciones y directrices generales referidas al ordenamiento de la ciudad, identificar los proyectos estructurales a partir de los cuales se promoverá el desarrollo y la transformación de la ciudad, además de clasificar el suelo como medida previa a la ejecución de las acciones propuestas.
Sobre todo, estamos ante un esquema orientador con vistas a un desarrollo armónico y sustentable en el marco de la mejora de las condiciones de vida y bienestar de los pobladores, por lo que en realidad, mal que pese, nadie puede considerarse ajeno a lo que ocurra en cuanto a las definiciones y ejecución de este plan local.
Estos pocos elementos de juicio, aunque muy incompletos, deberían igualmente bastar para plantear a los sanduceros el grado de omisión en que se ha incurrido al ignorar de la forma en que se hizo la audiencia pública para una participación interactiva en la dilucidación del Plan Paysandú de Ordenamiento Territorial.
Pero no todo está perdido: lo positivo para rescatar, de todas formas, es que hay algún tiempo para reparar esta manifestación de desidia en que hemos incurrido muchos sanduceros, y todavía es posible no solo enterarse de los alcances del plan a través de la Oficina de Ordenamiento Territorial de la Intendencia, sino también --por algunos días más-- trasladarle eventuales inquietudes, sugerencias y planteos por escrito para ser contemplados en el plan definitivo, en una oportunidad que esta vez no debería dejarse pasar.
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