Paysandú, Lunes 06 de Diciembre de 2010
Opinion | 06 Dic Luego de casi cinco años de un conflicto promovido por los activistas de Gualeguaychú, que atenazaron con sus movilizaciones a la comunidad de una y otra orilla, en forma lenta pero con la convicción de que este es el camino que hay que recorrer para la felicidad de los pueblos, gobernantes y fuerzas vivas de ambas orillas se han reencontrado para reconstruir un proceso de integración que ha sido signado por mil y un avatares, avances y retrocesos, pero siempre asumiendo que hay un destino común que nos une.
En setiembre, desde Concepción del Uruguay se formuló una amplia convocatoria a gobernantes, organismos y fuerzas vivas de ambos lados del río Uruguay, a efectos de recrear el olvidado Comité Binacional de la Hidrovía del Río Uruguay, el que concitó una amplia respuesta en el corredor litoraleño, lo que da la pauta de que en ambos lados estamos ante una saturación por el conflicto potenciado por los activistas de Gualeguaychú, que generó un quiebre que se intenta recomponer.
El fallo del Tribunal Internacional de La Haya fue un factor que marcó por fin el “entierro” del conflicto para los sectores bien intencionados de ambas orillas, y así el levantamiento del bloqueo del Puente General San Martín, primero en forma parcial y temporal para luego hacerlo en forma definitiva –esperamos-- por la presión de los pueblos hermanos, ha sido un elemento determinante para recomponer nuestros vínculos.
Felizmente, a las declamaciones y enunciados de buenos deseos formulados en Concepción del Uruguay cuando el relanzamiento del Comité, se han unido las acciones para que los hechos demuestren por donde pasa realmente el eje el crecimiento con desarrollo y la integración, y es así que legisladores, intendentes y delegados de organismos de ambas orillas, junto con representantes de grupos interesados en participar en la cruzada, se han reunido en sucesivas instancias en ciudades de ambos lados, incluyendo un encuentro con el presidente José Mujica para reafirmar esta visión integral del corredor litoraleño.
Es así que inexorablemente están coincidiendo las acciones tendientes a recuperar y mejorar la infraestructura de los puertos, fundamentalmente los de Paysandú y Concepción del Uruguay, para encarar desde el próximo año la operativa con contenedores, un elemento fundamental para consolidar el instrumento del transporte fluvial, que se agregará al uso de barcazas y eventualmente de buques de mayor porte para la salida de la madera y los granos, entre otras mercaderías, además de la corriente ya consolidada de importación de azúcar crudo para Azucarlito.
Un dato fundamental acerca de la importancia de la Hidrovía del Río Uruguay lo han dado en los últimos días autoridades y operadores de Concepción del Uruguay, cuando en oportunidad de la visita a esa zona del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, el jerarca anunció su apoyo a la reactivación de su puerto, que se traducirá en lo inmediato con la compra de una grúa porta-contenedores en Buenos Aires y su incorporación posiblemente a partir de este mes, para aprovechar la infraestructura con la que ya cuenta, al igual que Fray Bentos, para ser centro de recepción de las cargas en el enlace con Paraguay.
Actualmente, muchas de esas cargas vienen en camión para su exportación por el puerto de Montevideo, e ingresan a nuestro país a través del complejo de Salto Grande, lo que entre otras consecuencias tiene la congestión y deterioro de nuestras carreteras, además del encarecimiento del flete para los productores de la nación guaraní.
A través de la sinergia de los puertos de la zona, en cambio, este tráfico de contenedores se hará por ferrocarril hasta Concepción del Uruguay, con la gran perspectiva –elemento clave, por cierto— de completar cargas con Paysandú y Fray Bentos, lo que incidirá decisivamente para abaratar los costos operativos y consecuentemente de los fletes para los productores de la zona.
Estamos ante un factor revulsivo, entre cuyas consecuencias seguramente tendremos la creación de fuentes de trabajo, mayor competitividad de los productos de la región en los mercados internacionales, así como menores gastos de logística y mantenimiento de rutas nacionales, que hoy se ven profundamente afectadas por la carga que soportan pero que poco aportan a la economía local.
Paysandú todavía no cuenta con la infraestructura para contenedores que ya tienen Concepción y Fray Bentos, pero la Administración Nacional de Puertos --que ha puesto de manifiesto ya desde la anterior administración una firme disposición para reactivar el transporte fluvial que no se tuvo en otros gobiernos--- tiene en proceso la remodelación del muelle que será afectado a la operativa con contenedores, y asimismo está en obra la construcción de la base para la gran grúa portacontenedores que es esperada en Paysandú para el primer semestre del próximo año.
Mientras, se aguarda que se cumpla con un dragado que se ha enlentecido demasiado porque la Dirección Nacional de Hidrografía no ha estado a la altura de las circunstancias, y no cuenta además con los medios apropiados para los desafíos que se avecinan en cuanto al mantenimiento de la navegabilidad del río Uruguay.
Ello solo será posible mediante la coordinación y consolidación de esfuerzos en el corredor uruguayo-argentino del río Uruguay, con pleno convencimiento de que no hay competencias ni celos entre ellos sino complementación y que, lejos de restarse cargas, todos los puertos trabajando captarán cada vez más volúmenes de mercaderías, lo que generará inversiones, infraestructura y el desarrollo que tanta falta nos hace.
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