Paysandú, Martes 07 de Diciembre de 2010
Locales | 05 Dic 28 de noviembre de 2010, 7 y 59 de la mañana, fuerzas de seguridad del Gobierno Federal y Estatal de Rio de Janeiro, en operación conjunta con la Policía Militar RJ, el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), junto a tiradores de élite, Marina y fusileros navales, tanques de guerra, Fuerza Aérea, helicópteros, paracaidistas, Ejército Nacional, Fuerzas de Infantería Especializadas y Policía Federal y Civil, en operación conjunta de alta estrategia y logística, invadieran el Complejo de Favelas del Morro del Alemán, considerado el mayor reducto de narcotraficantes de Sudamérica.
Se trata de un territorio dominado por el tráfico de drogas durante varios años y que últimamente se había transformado en un verdadero cuartel de los jefes traficantes, donde no existía la ley, ni la libertad, ni la paz para los 400.000 ciudadanos comunes que vivían intimidados y amenazados por los intereses del bandidaje, fuertemente armado e impune. Un millón de kilómetros cuadrados, con 16 comunidades, de una población asustada y obligada a actuar, muchas veces regida por la “ley del silencio” y el terror a los “tribunales de justicia” ilegales, implantados por los propios traficantes y sus seguidores, donde la pena de muerte por fusilamiento era leve en comparación con la muerte por cortes de espadas o la muerte en una hoguera de neumáticos que –según dicen-- colocaban alrededor del cuerpo.
Recordemos al periodista de la “Globo” Tim Lopes, que hace unos años estaba investigando la acción de los traficantes en los bailes “funkes” de la favelas y fue preso, juzgado y muerto por orden de un famoso traficante llamado “Elías Maluco”, usando el método de las espadas y quemando los restos.
Impresionados, vemos a las fuerzas de seguridad unidas y con sus mejores equipamientos, ingresar por las avenidas de entrada al morro. Es un momento histórico cuando el comandante de la Policia Militar de RJ -- Mario Sergio Duarte-- da la orden de comenzar la invasión para dominar el reducto de los traficantes de drogas.
Las fuerzas de la PM dieron tiempo y plazo hasta hoy de mañana para que los traficantes armados se rindieran, dándoles absoluta seguridad a los que decidieran entregarse, saliendo con sus armas sobre la cabeza, sustentándolas con los brazos extendidos, que serían respetados todos sus derechos civiles, que serían apresados y llevados a juicio.
Como hasta hoy, la gran mayoría no se entregó, y está en el alto del morro escondida en varias guaridas, mientras los efectivos ascienden para retomar este territorio de favelas, reducto de la actividad criminal del narcotráfico.
Sobrecogidos vemos las caras pintadas de las fuerzas de asalto; cada hombre emocionado y temeroso, porque no sabe lo que le espera en esta dramática subida al cuartel general de los asesinos del tráfico. Es una estrategia conjunta de todas las fuerzas, con apoyo logístico del “grupo de inteligencia”, armamento pesado y modernas técnicas de asalto, que invaden al mismo tiempo todas las avenidas de acceso a la favela, con tanques de guerra y carros blindados, helicópteros sobrevolando bajo, paracaidistas especializados en ataque aéreo, fusileros navales especializados en “guerra de selva”. Así transcurre esta histórica invasión.
Siendo ahora las 8 y 25, la policía invade el lugar con total apoyo de la población civil trabajadora, que es mayoría en el Morro del Alemán y que confía en que las fuerzas conjuntas de seguridad, con un efectivo unido y preparado, como no se ve en Rio de Janeiro hace 40 años, van a tomar el territorio de los crueles traficantes y acabar con esa fuerza destructora de la droga y el crimen impune.
Como ejemplo, recordamos que ayer un niño de 8 años fue baleado por un traficante cuando se negó a incendiar una moto. Las motos eran parte del poder del trafico (fueron abandonadas más de 400, robadas por los traficantes y cuyos propietarios recién ahora pueden recuperar). Esta semana fueron incendiados autos y ómnibus por encargo de los bandidos que pagan a jóvenes, prácticamente obligados y bajo amenaza, 200 reales por auto y 500 por ómnibus.
El territorio del morro es un verdadero laberinto de calles estrechas, escaleras, corredores y escondrijos. Tanques de la Marina y “orugas mecánicas”, así como carros de combate “piraña” blindados con chapas de acero de más de 5 centímetros de espesor, consiguen avanzar sobre este difícil y complicado terreno. El Comandante del BOPE --Paulo Henrique Moraes-- dice que el trabajo es delicado y peligroso; que la orden es de no disparar sobre los ciudadanos que se entreguen, pero que aquel que resista armado puede llevarse una sorpresa, porque también es una orden tomar las partes altas de la favela, invadiendo hasta los bosques nativos que coronan el Cerro del Alemán.
Para que los lectores de EL TELEGRAFO tengan una idea del poder de estos jefes traficantes, diremos que habían preparado hospitales clandestinos con anestésicos, material quirúrgico, suero y antibióticos, para atender a las víctimas de su fracción criminal. Algunos de estos reductos ya están siendo descubiertos y desarmados. Muchos traficantes que no consiguieron huir invadieron casas de personas de bien y están escondidos teniendo de rehén a familias enteras. El pueblo brasileño está delante de sus televisores, donde se pasa en vivo y en directo esta guerra contra el narcotráfico que venía actuando con total omnipotencia y dominando enormes territorios en Rio de Janeiro, favorecidos por el relieve topográfico de la región.
Siendo las 8 y 50, se encontraron armas, marihuana, cocaína, laboratorios para procesamiento de drogas, granadas, fusiles, bazucas, sub-ametralladoras, pistolas, rifles en cantidades sorprendentes, en casas y búnkers abandonados por los traficantes. Penetrando por la calle Joaquim Queiroz, fusileros navales que actuaron en Haití, con experiencia en complejos terrenos urbanos, túneles, caminos estrechos y barreras de cemento armado, han comenzado a dominar reductos que pertenecían a los jefes del trafico.
El jefe de la Policía Civil, Alan Turnoski, dice que en este momento penetraron con la infantería y que tienen un camión de pericia y archivos de datos para investigar a los sospechosos y ver si tienen pasaje por la policía o son delincuentes requeridos por diferentes delitos. La orden es detenerlos, estudiar cada caso y según el resultado, liberarlos o entregarlos a la justicia.
Se instaló una central de denuncia anónima”para que la población pueda cooperar. Se han recibido más de mil llamadas con informaciones que la policía no tenía cómo obtener antes de este momento, para que pudiera iniciar un proceso legal. Las denuncias marcan locales y escondrijos así como casas invadidas por bandidos sin consentimiento de sus moradores. A las 9 de la mañana el comandante de la PM, Mario Sergio Duarte, comunica a la población de todo el país que el complejo de Favelas del Alemán en Rio de Janeiro ha sido dominado por las Fuerzas de Seguridad de la Nación.
Los bomberos paramédicos preparados para atender a los heridos y darles socorro, avanzan dentro de lo que ellos llaman “zona caliente“, dan atención y trasladan las víctimas a un centro quirúrgico montado en un hospital de campaña próximo. Hay síndrome de estrés en habitantes y policías que también precisan ser tratados.
El escuadrón anti-bombas está actuando porque se han encontrado granadas que ya fueron accionadas, pero que no explotaron, y esto es peligrosísimo porque pueden causar un grave accidente en cualquier momento.
La Mayor Fabiana Silva, subjefe de Relaciones Publicas de la PM, hace un llamado a la población en general, a los parientes y a las madres de traficantes que puedan estar escondidos, para que conversen con ellos y los convenzan a entregarse en paz, rendidos y desarmados. También recomienda a los ciudadanos civiles a acostarse en el suelo de sus casas y proteger los niños, con el fin de evitar balas perdidas.
Siendo las 09 y 20 horas, fuerzas especializadas en invasión de zonas de bosque nativo suben el morro hacia su cumbre. Repitiendo las palabras de un sociólogo observador, “acá se acaba la fantasía del complejo de Robin Hood; bandido no es gente buena”. La población agradece la invasión del bosque y la prisión de los que huyen hacia él.
DESPUÉS DE LA
NVASIÓN ¿QUÉ HACER?
La vista de la favela vacía impresiona, ya que sus 400.000 habitantes están fuera de ella o encerrados en sus casas. Es de imaginar el temor y el estrés en cada una de estas personas de bien. El territorio dominado por las Fuerzas de Seguridad está libre de los jefes del tráfico y con mucho menos resistencia de la que esperaron. El comandante Mario Sergio Duarte dice: “vencimos esta guerra civil y la comunidad está siendo devuelta a sus verdaderos propietarios que son los ciudadanos, los trabajadores honestos, las familias. Confirmamos que las Fuerzas de Seguridad tomaron el Morro del Alemán en bien de la libertad y la justicia y la ley”.
Ahora queda el futuro que depende de la legislación, los jueces y de la metas de dignidad que se coloque para la población. Las unidades de Policía Pacificadora (UPP) van a ser instaladas aquí, después de esta retomada del territorio ocupado, hace años, por los bandidos. El gobierno del Estado está dispuesto a entrar con otras obras de urbanización, educación y salud.
Esta gran operación consiguió realizarse porque hubo voluntad política conjunta del Gobierno Federal y Estatal, así como del total de las Fuerzas de Seguridad Nacional.
Éste fue el broche de oro con que el presidente Lula está cerrando su mandato, antes de entregar la faja presidencial a la nueva presidenta de Brasil, Dilma Rousseff: conseguir retomar el mayor reducto de traficantes de la ciudad de Rio de Janeiro, con estrategia, logística y unión de todas las fuerzas nacionales de seguridad, en un clima de tranquilidad, casi sin tiroteos y con el apoyo masivo de la población.
Si el Presidente Lula ya fue reconocido como un embajador de negociaciones a favor de la paz, hoy al fin de su mandato recibe el aplauso de la población liberada del yugo del narcotráfico.
En este momento se observa que algunos habitantes se asoman a las ventanas de sus casas saludando a las Fuerzas de Seguridad con aplausos y banderas blancas. ¡Sea bienvenida la paz en Rio de Janeiro, ciudad maravillosa otra vez!
En este momento, última comunicación de prensa: cuarenta toneladas de drogas, mil motos robadas. La cifra de heridos y muertos traficantes no se publica hasta el final.
Casa por casa está siendo revisada a fondo por policía especial. Arrestaron a muchos criminales y los están mandando para presidios de seguridad máxima, lejos de Rio de Janeiro, en aviones de la Fuerza Area.
Especial para EL TELEGRAFO, por la colaboradora periodista Dea Cirse García Coirolo, radicada en Brasil.
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