Paysandú, Lunes 13 de Diciembre de 2010
Rurales | 10 Dic “Hay una psicosis fatal”. La frase de Carlos Artía, productor de la zona de ruta 26 en el norte del departamento de Paysandú, es gráfica y elocuente de la sensación existente en esta zona del país. Precios del ganado y la lana a la baja, pasturas que pierden calidad, pero fundamentalmente, cada vez menos agua y los pronósticos de lluvias que no son para nada alentadores.
Hoy el panorama se presenta “con los mercados a la baja, corderos que hace tres meses se vendían en 5 dólares y hoy están cerca de los U$S 4. Todos quieren vender lo que tienen en sus campos, fundamentalmente lo que no se necesita productivamente para seguir”, explica el productor sanducero.
Sostiene que la falta de pasturas “no es un problema inmediato”. Pero todos recuerdan las últimas malas experiencias, “por lo que si esto continúa así y en el verano las lluvias no aparecen, deberemos pensar recién en febrero”.
Entiende que cuando hay que alimentar el ganado con ración “lo demás la vas llevando, pero ya cuando le tienes que dar agua la cosa se complica”. Explica que una vaca “te toma 50 litros de agua por día y si tienes 100 vacas ya precisás 5.000 litros de agua, y si no tenés de donde sacarla, acarrearla es imposible”.
“Creo que la gran solución es que a nivel del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, salgan a hacer perforaciones para obtener agua en la zona de basalto. Incluso si se pueden juntar las intendencias con el ministerio sería lo mejor tratando de encontrar zonas estratégicas en donde poner una bomba, que varios vecinos puedan llevar agua y que el pozo rinda”, dijo.
De todas maneras Artía manifiesta que para perforar en el basalto “si hablás de 60 o 70 metros de profundidad no sacás nada. Los tajamares es lo primero que se seca y muy pocos son los que pueden hacer una represa y financiarla”.
El productor explica que en su establecimiento. “Atalaya”, en el norte de nuestro departamento, los afluentes que no son canal, “están todos cortados, la mayoría secos, y A los nacimientos de las vertientes, leS queda solamente la vertiente, porque las lagunas se han achicado a la mínima expresión”.
Comenta que al molino de su casa lo hace andar entre 7 y 8 horas, porque le cuesta sacar agua. “Hay que esperar que se recupere. Si ya en diciembre estamos así, esto pinta para complicarse aún más”. Respecto al estado de los campos de la zona, precisó que “están muy amarillos, algo que se vino de golpe”. De todas maneras, aclaró que el ganado está bien, con buen estado sanitario. “Si los mercados no se hubieran desplomado la gente había sacado menor cantidad de cabezas de sus campos, en especial el ganado fallado y la reposición que no precisara”.
Experiencia
Artía recuerda una de las últimas secas y algo que le sucedió en ese entonces, al conversar con un experiente productor como es Jorge Hiriart Ayres.
Artía le recomendó con la seca que se venía vender el ganado que en ese momento Hiriart tenía a pastoreo en “Atalaya”. “En ese entonces le dije al ‛Vasco’, ‘tu ganado está fuerte, ¿por qué no lo vendés antes que se te muera de hambre?’”.
“Me encontré con un hombre de 70 años y una experiencia gigante que me decía, ‛si la vendo hoy me dan 120 dólares. Si se tienen que morir, que se mueran. Me quedarán 100 de las 300 si desaparecen 200 reses, pero con 100 vacas que en aquel momento valían 300 dólares, hacemos U$S 20.000 y si vendemos las 300 ahora hacemos 30.000 ¿y cuál es la diferencia?’ y realmente Hiriart tuvo razón con el análisis que hizo”, acota Artía.
Entiende que si tenemos agua “debemos salvarla como sea. No podemos salir a vender porque te quedas con la plata y si te demorás no comprás nada”. Sostuvo que cuando los mercados ayudan, “la vaquillona que no me va a dar una cría la saco, las de entore las llevo donde tenga buena sombra o para un pastoreo. Al ternero macho ya lo vendí para ayudar a que la madre mejore su estado, y de esta manera se alivia el campo”.
Consultado sobre la posibilidad de solicitar créditos para herramientas o implementos que sean necesarios para su establecimiento, indicó que los productores no piensan en los créditos, “porque estamos quemados con leche”. Agregó que “nos costó muchísimo salir de créditos anteriores y hay una muy mala experiencia, por lo que la mayoría de los productores estamos reacios a eso”.
Sarna
Días atrás se desarrolló en esa zona del departamento, el baño de las majadas para combatir la sarna. “Nos ayudó el tiempo, aunque es importante aclarar que lamentablemente no llueve y la situación se está complicando cada vez más”, dijo.
Los baños se efectuaron en un período de 10 a 12 días, sorprendiendo al productor la cantidad de agua que levantó por oveja. “Debido a la esquila preparto los animales tenían alrededor de 4 meses de lana y levantaron alrededor de 8 litros de agua. Como nos pidieron que cada vez que el baño baje un 10%, lo tenemos que llevar a nivel para que todos los animales lleven la misma cantidad de remedio, utilizamos mucha agua”.
“Sólo se constató problemas en algún vecino que no le había llegado la máquina de esquila, por lo que se atrasó unos 4 o 5 días”, pero aclaró que en general no se observaron mayores inconvenientes.
Comentó que en los establecimientos que “no había personal y se utilizaba una especie de excusa para no cumplir con la actividad, las empresas de esquila estaban apuntadas con su personal para hacer el baño y ya realizar todo en esos días”.
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