MINISTRA GRACIELA MUSLERA

Locales | 12 Dic Ante un déficit habitacional crónico en nuestro país, sobre todo en la franja de las viviendas de interés social, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) apunta a atacar el problema desde varios frentes, pero en todos los casos “no tenemos la solución mágica, sino que lo vamos a hacer en forma gradual, estableciendo prioridades”, destacó a EL TELEGRAFO la titular de la referida cartera, Arq. Graciela Muslera.
Adelantó que no solo se apunta a construir nuevos complejos, sino también a ampliar construcciones y reciclar edificios que han superado su vida útil o se encuentran en el límite, por cuanto de esta forma se mejoran unidades que quedan al margen del mercado y se aprovechan los servicios con que cuentan, de manera de ahorrarle recursos al Estado en su ampliación y evitando asimismo la discriminación social de quienes deben ocupar nuevas viviendas en la periferia de las zonas urbanas.
Ley de promociÓn
de inversiones
Manifestó la ministra que ante un déficit habitacional en el país de entre 60.000 y 80.000 viviendas “se está trabajando. Estamos enviando al Parlamento un proyecto de ley de promoción de la inversión en vivienda de interés social y esa ley presenta por ejemplo una exoneración total de tributos a los que construyen viviendas de interés social y tiene tres niveles de actuación”.
“Uno es la reparación de viviendas que precisamente están fuera del mercado, que no están teniendo el uso social para el que se hicieron. La idea es que muchas de esas viviendas del stock de desocupadas necesitan mejoras y por alguna razón a los propietarios no les cierran las cuentas. Estamos impactando en el costo de esas mejoras y por lo tanto les eliminamos impuestos”, explicó la secretaria de Estado.
“El segundo nivel de impacto de esta ley sería la reedificación, o sea las viviendas que desearían construirle un nivel más, con una vivienda más o predios que aceptarían construir hacia el interior de la manzana una vivienda más o construcciones que pueden reciclarse sacando de una vivienda más de una”, apuntó.
Significó asimismo que “el tercer nivel de impacto de esta ley sería la construcción de conjuntos de urbanización”, pero “nosotros pensamos que los dos primeros niveles, que van a tener un trámite rápido, básicamente con el permiso de construcción tendrían otorgada la exoneración, chequeando que el producto sea una vivienda de interés social, categoría económica o media, como define la ley”.
“Va a tener impacto justamente en lograr que vuelva al mercado parte de ese stock que hoy no está metido, en tanto ese stock de 240.000 unidades habitacionales tiene un componente de 120.000 viviendas de temporada, o segunda vivienda, y quedan otras 120.000 en las que nosotros decimos que hay una cantidad de construcciones que están con su vida útil cumplida, o necesitan reparaciones importantes y eso es lo que está dificultando que se usen”, precisó.
Más servicios
e inserción
Acerca del alto valor que tiene el reciclaje, que a veces incluso resulta más caro que la construcción nueva, consideró Muslera que “hay que evaluar situación a situación, pero para el Estado reciclar no es más caro, porque en esos lugares se cuenta con los servicios, la escuela, se logra una integración distinta a construir barrios periféricos, que es donde la tierra es más barata, pero no están las redes sociales de integración”.
“Si nosotros miramos la política de vivienda no como una política de entregar un producto al mercado, sino como un mecanismo de integración al barrio, a la sociedad, tendremos la visión de que que no es más caro y por eso tomamos el camino de impulsar fuertemente el trabajo sobre el stock. Antes de ir a construir a la periferia trato de evaluar si no hay terrenos libres más cerca, tal vez de propiedad municipal, y promover un programa que trate de aprovechar la tierra ociosa”, apuntó.
Evaluó que “ha pasado que los más pobres, al ir a la periferia han ingresado a la segregación en el uso de la ciudad y de lo que como sociedad se construye junto a la sociedad: el club, la placita, que están alejados de todos esos servicios comunes que implican la integración”.