Nacionales | 11 Dic No los convence
Es cada vez más común que dirigentes y legisladores frenteamplistas se opongan a decisiones o proyectos oficialistas. Ahora se sumó la opinión contraria de los ex ministros Daisy Tourné y José Bayardi, quienes tienen reparos con el proyecto que otorga a los militares el control de ingreso a las cárceles, incluyendo a los policías. Pero, como en tantas otras oportunidades, votarán por disciplina partidaria.
Consigna El País que cuando la Cámara de Diputados sancione la ley que faculta al Poder Ejecutivo a darle al personal militar el control de acceso y egreso, revisación e inspección de personas, vehículos y objetos que ingresen a las cárceles, la diputada socialista expresará en sala sus dudas y reparos sobre el proyecto. Pero no es la única. El diputado de la Vertiente Artiguista coincidió con Tourné en que “el rol militar” no es controlar el acceso a las cárceles.
Tourné dijo al matutino capitalino que el proyecto de ley es fruto de un acuerdo al que llegó la bancada y decidió “respetarlo”. “No es la mejor solución para nosotros. Por supuesto que tengo mis reservas y las explicaré en sala. Tengo muchas dudas, pero no me agrada enfrentarme al ministro”, agregó. Apuntó que “el control de las cárceles no es el rol del Ministerio de Defensa”, pero “no hay más remedio dada la situación de emergencia”. Bayardi, por su parte, indicó que esta medida es una más en un conjunto de transformaciones del sistema para combatir el hacinamiento. El ex ministro de Defensa aseguró que la posición de las Fuerzas Armadas y la suya “es que esta misión no es militar y no se quiere hacer”, pues “generará rispideces y tensiones” entre militares y policías.
Respaldo a Olivera
La intendenta de Montevideo, Ana Olivera, continúa recibiendo respaldos luego de su decisión de solicitar la declaración de esencialidad del sector limpieza de su comuna. El Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio ratificó el respaldo de todos los sectores y de las bases a lo actuado por Olivera. Informó Últimas Noticias que Olivera se reunió con el secretariado y dejó claro que su principal deber es “proteger la salud y los derechos de todos los ciudadanos”. El presidente del partido, Jorge Brovetto, los dirigentes sectoriales y los representantes de las bases expresaron el respaldo unánime a la intendenta, quien agradeció el apoyo y garantizó que mantendrá la voluntad de diálogo para intentar superar el conflicto.
“Injusto e inequitativo”
La dirección de la Biblioteca Nacional resolvió distribuir las compensaciones económicas anuales con un criterio de desempeño. Obviamente, el sindicato se opuso. Después de las discrepancias en los criterios, avalados por las potestades correspondientes al director, los sindicalistas presionaron a sus compañeros para que el dinero se aportara al sindicato, cosa que la mayoría terminó haciendo. Entrevistado por La República, el director de la Biblioteca Nacional, escritor Carlos Liscano, explicó que las compensaciones económicas se otorgan de un remanente de dinero en esta institución como en muchas otras. El director de la Biblioteca Nacional tiene la potestad de asignarlas como quiera. El equipo de dirección estudió los criterios de la distribución de ese remanente y decidió dar una compensación económica diferenciada tratando de destacar el compromiso de los funcionarios con la institución. “Tomamos en cuenta las inasistencias, el compromiso notorio, tareas que yo mismo asigné y que estaban más allá de las que un funcionario cumple normalmente”, dijo.
­Si bien negoció, la posición del sindicato es que les correspondía a todos por igual. “Yo pienso que el criterio igualitarista es injusto e inequitativo porque hasta la Constitución prevé que a los diferentes hay que tratarlos como diferentes. Voy a poner un ejemplo para que quede claro: yo hace ocho meses y medio que estoy como director de la Biblioteca Nacional. En ese período una funcionaria se tomó seis meses de licencia, entonces yo no le puedo dar a esa funcionaria lo mismo que le doy al intendente que abre la puerta de la Biblioteca a la 5 y 55 horas de la mañana, no importa el frío que haga, si llueve o lo que sea. Todos los días a las 5 y 55 el hombre está aquí y sin él no se abre la Biblioteca. Entonces, alguien se fue de vacaciones seis meses y el sindicato quiere que le dé compensación económica igual que al intendente que viene todos los días del año”, argumentó Liscano. El equipo incluso estableció criterios para las categorías que no siguen la escala jerárquica.
Las plantas y otras yerbas
Liscano ha encarado además algunas simples modificaciones, como retirar macetas con plantas secas, para ganar espacio. Pero “eso no gustó y me lo repiten a cada rato. Sacamos además quince camiones de basura de equipos obsoletos, muebles rotos, equipos que ni se sabía para qué eran, totalmente rotos. Hemos logrado espacio que no teníamos”, señaló el escritor, quien considera que “la Biblioteca no puede ser una institución que esté en el debate político”.