Paysandú, Domingo 19 de Diciembre de 2010
Rurales | 12 Dic La expansión agrícola en nuestro país ha generado diferentes cambios productivos. La ganadería no está ajena a ello, sacándole un área importante a muchos productores, y más allá que son variantes y no problemas, la solución en algunos casos pasa por la búsqueda de un nuevo sistema que continúe brindando rentabilidad.
Así lo entendieron la firma Indarte y Cía., el grupo Marfrig a través de establecimientos Colonia y el productor sanducero Federico Haedo, quienes realizaron un emprendimiento -feed lot-, en estancia “El Rincón”, a poco menos de 25 kilómetros de la ciudad de Paysandú.
Actualmente son alrededor de 1.200 novillos de razas carniceras y Holando que permanecen en el campo, pero en pocas semanas más llegarán a ser 2.000.
“Los campos que antes eran de invernada han pasado a ser agrícolas a partir de los números, por lo que se debía repensar el negocio ganadero”, sostuvo a EL TELEGRAFO, Juan Pablo Gutiérrez, integrante de la firma Indarte y Cía. Esto sucedió en “El Rincón, establecimiento de la familia Haedo.
Agregó que “en nuestro caso, como generadores y articuladores de negocios a través del escritorio, nos hace pensar en rever donde está la fuente del ganado gordo para abastecer la industria”.
A partir de los primeros contactos con Federico Haedo, en donde se comenzó a preparar una idea, también se iniciaron encuentros “con la gente del grupo Marfrig, por la historia de relación que la empresa tiene con el escritorio y entre las tres partes fuimos generando esta alternativa”.
Se trata de un corral de engorde en donde el establecimiento pone toda la infraestructura, la inversión y el manejo del ganado, la firma Indarte y Cía. se encarga de abastecer con ganado de nuestro clientes el corral y Marfrig se compromete a comprar el ganado, además de hacer la formulación de las dietas y poner los insumos (ración).
“De esta manera vemos que satisfacemos las necesidades que a cada empresa se le iba presentando”, dijo Gutiérrez. “Tal vez es una oferta más diferenciada para la industria, porque ellos le conocen el manejo previo de los últimos tres meses (sanitario y alimenticio), que a los efectos de las certificaciones de calidad de carne tiene mucha importancia”.
En el caso de los clientes de la firma, “mantienen en sus campos el rodeo de cría y sacan las categorías de invernada para el corral y continúan participando del negocio ganadero sin perder la ecuación de cría”.
Sostuvo que también está el caso de algunos inversionistas, que “nos encargan que compremos ganado y los coloquemos en el corral, porque el negocio tiene un determinado margen de rentabilidad que sin ser maravilloso, es interesante”.
capacidad
El corral tiene una capacidad instalada para 2.000 reses instantáneas. Actualmente son 1.200 que “están dentro del plan original para pasar el verano sin inconvenientes y en función de lo que ya había de granos comprados”.
De acuerdo con lo explicado por Gutiérrez, “a esto se suma la seca actual, que cada vez genera más presión, no sólo en los productores sino también en los precios de la reposición. Hoy estamos evaluando la posibilidad de completar el corral en el verano dado la demanda existente”.
El tener un gerenciamiento tripartito (Federico Haedo, el ingeniero Valentín Aznárez por Marfrig y Gutiérrez por el escritorio Indarte y Cía.), permite ir evaluando mensualmente el funcionamiento del corral.
operativa
Federico Haedo se encarga de la parte operativa del feed lot. “Se distribuyen los lotes en los diferentes corrales y tres veces al día se les brinda la comida”, aclarando que se hace “con una lectura a primera hora del día, para ver si se debe aumentar o disminuir el volumen de comida que se les está dando a los animales”.
Estableció que “aquí se hace el recibo del ganado, una identificación por tropa y productor, asignándoles un corral; posteriormente se hace la alimentación y el seguimiento en cuanto a la evolución de la cantidad y los cambios de dietas que se van dando a medida que el animal se adapta. Se le retira el volumen de fibra y se llega a una dieta más rica en granos hasta llegar al peso de faena, momento en el que se clasifica el ganado para el embarque”.
Un operario recorre permanentemente el corral de cada lote, procurando detectar algún animal con problemas sanitarios, o incluso con dificultades de acercarse al comedero cuando llega la máquina a colocar la ración en los corrales.
Infraestructura
Aproximadamente se calculan tres metros cuadrados de capacidad por animal en el corral, con 200 animales en cada corral, disponiéndose además, de 80 metros de comedero. Los números citados tienen su significado, comenta Haedo. “Se busca que sean fáciles de apartar, de llevarlos a las mangas y lograr identificar los animales”.
Respecto al tamaño de los bebederos, capacidad de agua, distancia de comederos por animal, “son parámetros que están bastante estudiados y lo que hacemos es aplicar lo que ya se conoce”.
El ingreso de los animales al corral se hace eligiendo a las tropas por el parecido de su peso, aunque aclaró que no se mezcla las razas carniceras y los novillos Holando. “En general el ‘overo’ sabe comer cuando llega y saca una ventaja y comienza a hacer más desparejo el lote”.
Explicó que los comederos “están en la parte más alta del corral; el terreno tiene cierta ondulación para que cuando llueva y el corral se lave, eso no quede dentro del mismo y no vaya para los comederos. También se hacen algunas piletas de decantación, para que se vaya filtrando y no corra hasta alguna fuente de agua”.
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