Paysandú, Domingo 19 de Diciembre de 2010
Nacionales | 16 Dic Cuarenta años después de que los tupamaros secuestraran y asesinaran a Dan Mitrione, un especialista estadounidense en “técnicas avanzadas de contrainsurgencia”, el caso sigue incidiendo en las relaciones entre Estados Unidos y Uruguay, según nuevos cables filtrados por WikiLeaks. Formalmente ambos países mantienen excelentes relaciones diplomáticas, según queda de manifiesto en la inmensa mayoría de los 445 telegramas diplomáticos divulgados.
El vicepresidente Danilo Astori “promueve desde hace mucho tiempo unas buenas relaciones con Estados Unidos”, escribió en febrero de 2010 el embajador David Nelson, poco antes de la asunción de José Mujica. Sin embargo, los cables revelan la tensión generada por tener que tratar con ex guerrilleros desde la llegada de la izquierda al poder. “Pero hemos trazado una línea y no tratamos con individuos que creemos razonablemente que han estado implicados en el secuestro o asesinato de ciudadanos estadounidenses como Dan Mitrione”, asegura un telegrama diplomático de marzo de 2007. Mitrione, agente del FBI que trabajó como “asesor de seguridad” en la Embajada estadounidense en Uruguay, fue secuestrado en 1970 por los tupamaros y su cuerpo apareció días después en un auto abandonado. En 2008, el entonces embajador Frank E. Baxter reconoce haber advertido al gobierno de Tabaré Vázquez que sería “desafortunado” que concedieran algún cargo oficial al médico Henry Engler, ex tupamaro a quien se atribuye haber dado la orden de matar a Mitrione. Tras refugiarse en Suecia, Engler regresó al país a dirigir el Centro de Imagenología Molecular. El enojo de la embajada estadounidense con Engler, a quien califica de “vil”, llegó en 2007 hasta intentar impedir una operación entre el gobierno y General Electric, mediante el cual la empresa estadounidense entregaba material destinado al tratamiento del cáncer a cambio de materias primas, por la participación de Engler en el trato, que curiosamente era consultor de General Electric.
Por otra parte, el gobierno uruguayo sigue pidiendo a Estados Unidos que desclasifique todos los documentos relativos a la muerte de Cecilia Fontana de Heber en 1978, esposa del dirigente nacionalista Mario Heber, envenenada tras beber de una botella de vino enviada a su marido, según nuevos cables filtrados por WikiLeaks.
“Cruzamos los dedos para que el caso del vino envenenado haya sido definitivamente enterrado”, escribió en 2008 el entonces embajador en Uruguay, Frank E. Baxter. En abril de 2008, el ministro de Relaciones Exteriores Gonzalo Fernández entregó al embajador Baxter una carta del presidente Tabaré Vázquez dirigida al presidente George W. Bush, en la que solicita su ayuda para que se desclasifiquen todos los documentos relativos a ese asesinato.
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