Paysandú, Lunes 20 de Diciembre de 2010
Locales | 19 Dic No nos causa sorpresa leer lo que está aconteciendo en Guichón respecto al tránsito.
Paysandú, la capital departamental, con las autoridades presentes, es de terror. Y que el director de Tránsito no nos considere “estúpidos” o “nabos” (del diccionario de nuestro ilustre presidente).
Paysandú es de dominio absoluto de los motoqueros: sin patente, sin caño de escape, altas velocidades, pocos respetan el uso del casco, semáforos en rojo y la asistencia médica ya no da abasto. Que el director no nos hable de reuniones y medidas a futuro.
Las disposiciones están para ser cumplidas y existen los mecanismos legales para enfrentar estos desmanes. Existen normas. La comuna mira para el costado y los perjudicados como siempre somos los que respetamos las normas y cumplimos con los impuestos.
Ya la culpa no es propiamente de la familia, el principal responsable es el intendente municipal, que pareciera que no circula por las calles de Paysandú, que se han vuelto de terror. ¿Para cuándo, Intendente? Es su responsabilidad ordenar el tránsito y brindar al ciudadano común tranquilidad y la posibilidad de disfrutar sanamente de la ciudad que nos alberga. Ahora no sólo estamos encerrados en nuestras propias cárceles, los hogares llenos de rejas y alarmas, sino que no podemos salir de paseo, compras, etcétera, por el atropello de estos desubicados. ¡Qué vergüenza!
Y no diga que no tienen fiscalizadores, porque aunque sean cuatro los fiscalizadores, bien pueden realizar diariamente la tarea de controlar el debido desplazamiento de las motos. ¿Están para cumplir la función o para cobrar un sueldo? Aunque el director de Transito no debe salir de su casa: pasan tranquilamente frente a la misma los infractores. Vecino indignado
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Derechos del
chofer de taxi
Ante la inminencia de la participación en los Consejos de Salarios de los taxistas del Interior, por fin, es bueno que el ciudadano común sepa algo de lo que pasa (y no pasa) en este trabajo tan necesario, tan arriesgado y tan poco contemplado. A la vez que también es bueno que los propios taxistas sepan los derechos que les corresponden y que por tan ignorados por los patrones, ya es algo normal que no se cumplan. Unos por conveniencia (los patrones) y en los choferes algunos por ignorancia y otros por miedo a quedar sin trabajo.
Para llevarse un mínimo jornal, los choferes deben realizar 12 horas como mínimo (salvo unas pocas honrosas excepciones) en las cuales no existe diferencia entre las primeras 8 horas y las otras 4 que por ser extras deberían pagarse diferenciales. En el país pionero de las 8 horas laborales, se desconoce absoluta y olímpicamente ese derecho por parte de los patrones.
La gran mayoría de los choferes trabajan en negro porque, o sus patrones no hacen los aportes, o porque es tan magro el jornal que se llevan que los propios choferes optan por no estar en caja y no tener cobertura médica, porque en los casos que los patrones hacen los aportes (el mínimo), lo descuentan del porcentaje que deben pagarles.
La gran mayoría no goza de licencias ni de aguinaldos, y a veces ni de días libres semanales. Ni hablemos de un seguro de vida en una tarea tan arriesgada; es impensable. Cuando se rompe un auto, en los días que está en taller ese trabajador no tiene ingresos por ningún concepto, al igual que cuando el auto se ve involucrado en un accidente por más que en ocasiones el seguro le paga al dueño del auto por los días que éste está en arreglo (lucro cesante), el chofer de ese dinero ni se entera.
Podríamos seguir enumerando detalles (horas de tallares, mandados al patrón no pagos, feriados no laborables no pagados como tal, horas nocturnas no pagas, etcétera). Pero alcanza para darse cuenta porque los dueños de los taxis multiplican la flota, la renuevan constantemente con máquinas cada vez más modernas, elevan su nivel de vida, mientras por la recarga horaria, por un jornal más que insuficiente (un chofer considerado de los mejores pagos gana más o menos $ 10.000 por mes, por 26 días a 12 horas), lo que tampoco le permite encarar otra actividad, ni descansar, ni disfrutar de su familia o lo que fuere.
Porque hay algo que está mal. Porque hay plata que va a un lugar que no debe ir. Porque algunos se están quedando con algo que corresponde a otros. Porque hay gente que no le importa y pisotea los derechos de otros, aprovechando la falta de fuentes laborales y la cantidad de gente que sumisamente acepta esas condiciones con tal de llevar algún dinero a casa.
Porque la falta de valores éticos y morales, les permite a estos señores vivir tranquilamente y progresar a costa del mal vivir de otros, sin inmutarse, ni sentir vergüenza.
Consejos de salarios: debería sonar a música, una dulce melodía para los trabajadores del taxi. Y una melodía desafinada para los dueños.
Ojalá muchos taxistas lean esto y sepan que pueden llegar a trabajar 8 horas con un sueldo y si trabajan más, se les pagarán como extras y tener sus beneficios como cualquier trabajador y crean en esto, que es posible. Porque es lo que corresponde. Y se unan y se agremien, porque es la forma. Taxista a pie
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El nivel de contaminación sonora generado por los escapes libres de los vehículos que circulan por toda la ciudad de Paysandú, especialmente de las motos y los ciclomotores, está a un nivel tan insoportable que no permite un normal descanso nocturno de los vecinos.
Me pregunto: ¿por qué los que circulan en moto tienen derecho a hacer toda esa clase de ruidos y yo no tengo derecho a descansar? ¿Qué tiene que hacer un enfermo para no escuchar estos ruidos y poder dormir? ¿Qué hacen las autoridades responsables de IdP para controlar esto?
No puede ser que estas motos circulen por toda la ciudad impunemente a toda velocidad, acelerando y desacelerando, emitiendo ruidos ensordecedores sin respetar mínimamente las normas de tránsito y seguridad vial, y todo esto sin que las autoridades ejerzan el más mínimo control.
En cualquier ciudad que se considere desarrollada y ordenada, las autoridades son implacables en la aplicación y el control de las leyes de tránsito.
En Paysandú cada uno hace lo que quiere, y lo que es peor, cada día los vecinos nos sentimos más desprotegidos en ese sentido, porque no vemos que se haga algo para controlar esta anarquía. Paysandú da la peor de las imágenes, que es una anarquía y tierra de nadie, todo está permitido en materia de tránsito.
Nosotros votamos a nuestras autoridades para que además de cobrarnos los impuestos, apliquen todos los controles necesarios para proteger a toda la sociedad en su conjunto y que nos hagan sentir orgullosos de vivir en una ciudad ordenada. CI 1.446.376-5
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Sobre el curso
del adulto mayor
A pesar de tener 60 años asistí al curso durante cinco meses que Rotary promocionó sobre el Adulto Mayor, siendo una persona que el único trabajo que hice en mi vida fue cuidar ancianos. Lo hice porque desde niña cuidamos en mi casa a mi abuelo que falleció con 104 años, persona a quien quise mucho al no tener papá. Él era todo para nosotras: abuelo, padre, madre y maestro, del cual aprendí lo mejor que tengo en mi vida, ser responsable. Concurrí a clase cinco meses con una sola falta, nunca llegue tarde, escuché siempre con atención y respeto lo que explicaban los profesionales que concurrían a darnos la clase; aprendí mucho más de lo que sabía porque la vida me fue enseñando durante todos estos años que dediqué mi vida al cuidado del Adulto Mayor con cariño y respeto. Pero estoy realmente decepcionada de haber hecho ese esfuerzo por cumplir con la clase ya que en el escrito final me bajaron la nota porque estaba muy pobre el escrito. Tengo 60 años en mi vida, hice un escrito, traté de contestar lo justo y necesario, pero no fue suficiente para que recibiera un aval del curso. Es por eso que mucha gente no se interesa en superarse porque “para qué, ya estás vieja”. Empezaron el curso 30 personas y terminaron 16, 3 quedaron sin aprobar por no saber expresarnos en un escrito, cosa que no me parece justo. Para mí vale más la práctica que un escrito y es así que estamos los uruguayos. Desconsiderados y defraudados por los demás. Gracias.
Alumna mayor
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Hace algún tiempo --gracias a la colaboración del Sr. Rubens Stagno-- nos hemos enterado de las condiciones en que se encuentra la Escuela 16 en la localidad de Cerro Chato, en Paysandú.
Dicho centro de estudios --declarado de contexto socio-cultural crítico-- tiene dos turnos y concurren a recibir enseñanza 125 alumnos, en tanto cuenta con cinco docentes que viven en la Escuela; cuenta con dos auxiliares y los grupos de alumnos suman seis.
Concurren, una vez que se retiran los escolares, otros 36 adolescentes que cursan Séptimo, Octavo y Noveno. El pueblo más cercano es Gallinal y desde esta localidad se toma hacia el norte unos 10 kilómetros por camino de tierra.
Hemos recibido información de que el estado de la Escuela es deplorable; la construcción tiene más de 100 años, el techo es de fibrocemento (material prohibido, en Australia ha muerto mucha gente por haber tomado contacto con lo que aquí llamamos “asbestos”), y encima se llueve.
Al parecer Primaria estaría en condiciones de cambiar el techo, nosotros estamos recaudando fondos para reponer el cielorraso, algunas aberturas y cristales, y al mismo tiempo hacer un relevamiento de las carencias de materiales y juegos didácticos.
Si bien nuestros ingresos no podrán nunca cambiar la realidad, queremos hacer nuestra parte. Los casi 7.000 kilómetros recorridos en los últimos 24 meses nos permiten tener una clara idea de la situación en la que muchas escuelas rurales se encuentran.
Nunca entraremos en consideraciones socio-políticas y o religiosas; somos conocedores de que la capital del país siempre ha estado muy alejada de la realidad del Interior y para colmo de males ha digitado su destino.
Creemos que estos 125 alumnos, sus docentes y auxiliares merecen aprender, educar y preparar alimentos en un edificio libre de peligros; digno y referente en la zona. Vemos con preocupación cómo un elemento clave para el desarrollo de la sociedad futura como lo es la educación primaria esté desprovista de estas mínimas garantías.
Desde Australia hacemos --por vuestro intermedio-- un llamado a todas las fuerzas vivas del departamento a recuperar entre todos este baluarte, verdadero mojón de referencia por más de un siglo, allá en el norte profundo de la Patria. Por grupo G.U.R.I. Inc.Walter Martínez (www.guriinc.wordpress.com)
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