Paysandú, Miércoles 22 de Diciembre de 2010
Opinion | 15 Dic Las 23.889 soluciones habitacionales a que ha llegado Mevir desde su creación, en la década de 1960, a impulsos de don Alberto Gallinal, con otros varios complejos en construcción y/o en proyectos, implica un ejemplo en cuanto a la importancia de contar con instrumentos para poder financiar la vivienda propia de miles de familias del olvidado medio rural. Es decir que se continúan llevando respuestas para una problemática crítica de familias del interior profundo, con serias dificultades de acceso a una vivienda decorosa en múltiples rincones del país.
Recientemente, con la presencia del presidente de este organismo, arquitecto Francisco Beltrame, fue inaugurado el segundo complejo habitacional de Mevir de pueblo Porvenir, que consiste en 75 viviendas, un salón comunal, trece unidades productivas y cinco con terreno propio, además de pozos semisurgentes y servicios higiénicos, lo que constituye una formidable conquista para los pobladores de una amplia zona, los que también aportaron su esfuerzo para poder llegar a esta trascendente instancia cumplida el día sábado.
Como en cada inauguración de estos complejos habitacionales, el común denominador son las caras felices pero sobre todo la satisfacción íntima que para los beneficiarios implica el sentido del deber cumplido, que han alcanzado su sueño con mucho esfuerzo, en base al trabajo por ayuda mutua en complejos que se levantan en todos los rincones del país.
El Movimiento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural ha significado un proceso de reversión en el escenario que hasta no hace muchos años teníamos en la campaña, y es así que en nuestro departamento cientos de familias habitan complejos construidos en Gallinal, Tres Bocas de Cerro Chato, Quebracho, Chapicuy, Lorenzo Geyres, Piedras Coloradas, Orgoroso, Guichón, Porvenir, entre otras localidades, en todos los casos sustituyendo viviendas marginales por pequeñas casas bien terminadas y decorosas, y --fundamentalmente-- amortizables con cuotas accesibles para que los adjudicatarios estén en condiciones de afrontar esta inversión de interés social.
En el caso de Porvenir, como en las demás localidades, los beneficiarios no son solo familias de este poblado, sino de una amplia zona de influencia, como Cangüé, Esperanza y sus alrededores, teniendo en cuenta la particular dispersión de la mano de obra rural en torno a emprendimientos productivos que obran como polos de desarrollo, que se han generado sobre todo en los últimos años en nuestro departamento.
Particularmente se nota cada vez una mayor participación de la mujer, trabajando a la par del hombre en la construcción de las viviendas, desde que también en el ámbito rural se dan en forma creciente situaciones sociales que tienen como característica a mujeres solteras como jefas de hogar, que no cuentan con otro apoyo más que su trabajo y su sacrificio parar sacar adelante a la familia que encabezan.
Por cierto, los problemas de acceso a la vivienda no se limitan al medio rural sino que hay grandes sectores de la población con serias dificultades para lograr su techo propio o alquilar casas decorosas por el desnivel entre el monto de los alquileres y los ingresos, lo que indica que han resultado insuficientes las acciones que se han desarrollado durante años con diversos programas para construir viviendas de interés social.
El saldo de la Administración Vázquez en esta problemática también ha sido deficitario, desde que se construyeron muy pocas viviendas, y ello da la pauta de que ha crecido el déficit habitacional, y fundamentalmente se puso el acento en la regularización de asentamientos, pero con luces y sombras, desde que se han consolidado también situaciones de construcciones en lugares con escasos servicios o en zonas urbanísticamente inconvenientes.
Paralelamente amplios sectores de la sociedad siguen con serias dificultades para acceder al techo propio, y tampoco ha sido solución las viviendas construidas por el sistema cooperativo a través de Fucvam, que reclama más recursos en lugar de los cupos otorgados por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente a través de sorteos, a lo que se agregan problemas muy serios en cuanto a la disponibilidad de terrenos para construir.
El panorama por lo tanto dista de ser auspicioso y es a la vez un aspecto en el que el presidente Mujica ya ha puesto énfasis desde antes de asumir, y anunció en su momento que se pondría en marcha un Plan Impacto en materia de vivienda, que en principio apunta, por diversas metodologías, a la construcción masiva de viviendas para sectores de menores recursos. El Presupuesto Quinquenal en estudio recoge esta intención, por lo menos en los papeles, y es de esperar que los recursos disponibles y la posibilidad de instrumentación, tanto en recursos humanos como materiales, permita por lo menos cumplir con buena parte de las intenciones anunciadas por el jefe de Estado y la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Graciela Muslera, para por lo menos evitar que siga creciendo el déficit habitacional crónico que padece el Uruguay, en perjuicio de los sectores más necesitados.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Dic / 2010
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com