Paysandú, Viernes 24 de Diciembre de 2010
Locales | 20 Dic La participación en “proyectos comunitarios en clave de derechos humanos” es una de las actividades que desarrolló el Centro MEC de Paysandú, cuyo fin es “humanizar el encuentro de los distintos colectivos”, dijo a EL TELEGRAFO Mariana Albistur, que junto a Alberto Silva impulsan esta propuesta.
Silva explicó que “son talleres de educación popular que incentivan la participación. Se busca generar una dinámica que no quede en la sumatoria de lo teórico, sino en la práctica y con distintos elementos podamos ‘disparar’ la participación”.
Dijo que “en general tenemos la suerte de hacerlo con gestores culturales, docentes, gente que a su vez puede repicar algunas técnicas y propuestas con algo que para la construcción de la ciudadanía nos parece clave, que es la participación, la integración”.
Dijo que esto “puede ser en un aula, en una parroquia, en un club social o un club de baby fútbol, hasta en el barrio. Lo que intentamos es generar técnicas y brindar elementos para que la gente que está trabajando en participación pueda fecundar una idea”.
TRASCENDIó FRONTERAS
El equipo viene trabajando en estas propuestas “desde 2003, y también buscamos rescatar nuestra identidad cultural, nuestra memoria, lo que somos y queremos ser. El hecho es que esto trascienda los momentos de dolor que hemos vivido o que estamos viviendo -como ver niños viviendo en la calle- que sin inventar nada nuevo, desde lo social, qué podemos hacer para construir una democracia, en el entendido que esta es la mejor forma que hemos construido como humanidad hasta hoy”.
En cuanto a los resultados y las respuestas recibidas, Alberto Silva dijo que “han sido múltiples. Con Mariana generamos trabajos que culminaron en un libro de educación popular, y que tanto en Uruguay como fuera de fronteras ha sido utilizado como material de insumo. También fuimos invitados al Foro de las Naciones en México, donde tuvimos el gusto de contar las experiencias de educación popular y plasmarlas en la Universidad de México”.
EL EJEMPLO
DE VILLA PANCHA
Uno de los resultados locales de este trabajo, “fue por cómo se multiplicó una actividad que hicimos en Villa Pancha, en Juan Lacaze, en el liceo público. Allí participamos con los alumnos, los docentes y parte de las familias en el rescate de la memoria. Luego de la participación, de técnicas de integración, el liceo siguió profundizando elementos de lo colectivo. Y por ejemplo, los gurises de Juan Lacaze es uno de los colectivos que ganaron el premio en la NASA en torno a la investigación”.
Silva recordó que “eso lo hicieron interactuando con gurises de otro liceo donde también habíamos generado una actividad previa, que suman experiencias de otros colectivos e integran a docentes”.
Explicó que “la educación popular plantea que todos tenemos saberes, no solo los docentes ni los mayores, todo el mundo”.
Mariana dijo que también han notado que “hubo dos niveles de repercusión en estos años. Por un lado, la gente que participa vuelve y con más gente. Y como no repetimos los talleres, siempre interactuamos sobre alguna otra faceta de la propuesta de educación popular, de compartir los conocimientos”. La otra repercusión fue “el reconocimiento de la propuesta, por ejemplo del Ministerio de Educación y Cultura, o desde Primaria, Secundaria y UTU. Instituciones que tienen sus propias poblaciones en procesos de formación que reconocen este taller”.
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