Paysandú, Domingo 26 de Diciembre de 2010
Deportes | 20 Dic A lo largo de la temporada de básquetbol próxima a finalizar, se han producido situaciones que no guardan relación con lo que debe ser el espíritu deportivo, la sana ambición de ganar, pero el acatamiento de los resultados.
Lo peor es que estas situaciones que han llegado a extremos peligrosos, se han dado también en las categorías formativas.
Atención, vale puntualizar.
Primero, basquebolísticamente hablando, todas las instituciones han desarrollado un excelente trabajo en formativas, al extremo de que incluso en Montevideo, se destaque lo que en ese sentido se hace en Paysandú.
Otra más, afortunadamente los hechos negativos por el momento resultan aislados si miramos el conjunto de partidos, torneos y la actividad más que nutrida que se cumplió en el año.
Pero cuidado, han ganado algún espacio, y esto es comprobable si se considera, las denuncias que se generaron por situaciones en el curso de los partidos o posteriores a ellos, incluso como la reciente donde dos Pre Infantiles fueron señalados como arrojando piedras al domicilio de un jugador de otra institución.
Naturalmente, ningún deporte, ninguna institución, puede evitar que en sus filas, aparescan quienes desde chicos muestran tendencia a generar situaciones como las señaladas.
Pero nos parece que el tema viene de más arriba.
Se genera muchas veces en las protestas de los técnicos que en lugar de mirar mejor el partido y aprovechar los tiempos para corregir cosas, se las toman con los jueces protestando todo, lo bien y lo mal cobrado por los árbitros.
De los propios padres o allegados, que hacen muy bien en alentar a sus hijos, pero le erran cuando alzan la voz, protestan y ayudan a crear ese clima de efervecencia.
De los propios jueces que en ocasiones se preocupan más de mirar a quienes les gritan que de atender el juego adentro de.la cancha.
Entonces deben ser las propias instituciones quienes cuiden de que los entrenadores, o personas a cargo de sus planteles de formativas, enseñen, trabajen, con la meta en formar a los jóvenes que tienen a su cargo, a hacerlos progresar deportiva pero también encuandrándolos en las normas de respeto y convivencia que hace al deporte mismo, por aquello de la sana recreación, más allá de resultados, que a ese nivel, son secundarios.
Sabemos que las instituciones en su mayoría -y así lo expresaban noches pasadas en la Liga- ponen cuidado en esto, que incluso han sancionado como corresponde, a quienes no han mantenido la linea de conducta deportiva a todo nivel, socios, hinchas, jugadores, técnicos.
Pero habrá que insistir, poner énfasis en la tarea, de manera de evitar repeticiones de situaciones donde se ha llegado a límites peligrosos. “Chapatín”
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