Paysandú, Domingo 26 de Diciembre de 2010
Rurales | 20 Dic TACUAREMBÓ. (Por Pablo Blanc). Con la presencia de representantes de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay (Scmau) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), se concretó en la sede del instituto ubicado en esta ciudad, el lanzamiento del Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas en Uruguay. Al término de la actividad, se entregaron los carneros a los productores que en sus establecimientos iniciarán la tarea de afinamiento en sus majadas. “Si bien terminó una etapa que fue la del Núcleo de Merino Fino, es una manera de seguirlo en el tiempo, si bien con un objetivo y metas algo distintas, y con muchos desafíos por el tema de la investigación del comportamiento de la genética ovina en nuestro país, y el comportamiento de esas lanas que se produzcan”, manifestó a EL TELEGRAFO, Juan Pérez Jones.
“Lo más importante es la asociación entre lo público y privado y que una institución como INIA que tiene múltiples rubros dentro del área de investigación esté destinando recursos”, dijo el productor y directivo de la gremial de criadores. “A diferencia del proyecto anterior, donde únicamente INIA financiaba el proyecto Merino fino, a través de la genética, mano de obra, sanidad y demás, y nosotros poníamos los vientres, en este caso estamos asociados los productores comerciales junto al instituto de investigación, para generar un nuevo producto por medio de alianzas”.
Se aguarda ahora que “también participe la industria porque ellos tienen también mucho para ganar”.
Consultado sobre la ausencia del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) en este consorcio –había sido parte del Núcleo Merino Fino--, Pérez Jones indicó que “fue una decisión política, donde se entiende que como institución el SUL no debería participar en proyectos donde hubiera generación y difusión de genética”. Eso fue respetado por la SCMAU.
En cuanto a la decisión de algunos productores de no continuar en el afinamiento de la lana, indicó que “inciden los objetivos dentro de su majada. Hay gente que entiende que ha llegado al micronaje de 18,9 o 19 y está conforme con eso y quiere mejorar en otros aspectos”.
En cuanto a un límite en el afinamiento de la majada, expresó que “tenemos claro que cada vez va a ser más difícil bajar de diámetro, pero de todas maneras y con nuevas herramientas de evaluación genética, probablemente en el futuro con marcadores logremos algo que parecía imposible con características que tenían correlaciones negativas. Lo estamos logrando ahora, pero sabemos que para más adelante bajar de las 17 micras es más complicado, pero no perdemos la esperanza”.
Genética nacional
El ingeniero agrónomo Fabio Montossi, técnico del INIA, precisó a EL TELEGRAFO que “habíamos comenzado con 40.000 kilos y hoy estamos en 1.500.000 por debajo de las 19,5 micras. Tenemos genética nacional superfina y evaluaciones genéticas funcionando. Hay un sistema de pago por calidad no pensado en Uruguay, premiando el concepto de calidad”.
Sostiene que “existen ejemplos en Uruguay de algunos fardos de este tipo de lana, pero tecnológicamente es todo un desafío generar lanas cada vez más finas”.
Respecto a este consorcio de lanas ultrafinas, Montossi explica que “la diferencia en este caso es que la industria peinadora de Uruguay es parte del proyecto desde el vamos, y segundo que es una asociación público-privada, que pusieron recursos financieros para que este proyecto se auto financie”.
El núcleo de Merino fino se realizó con 37 productores “y ahora son 51, los que utilizarán carneros que genéticamente son capaces de producir animales por debajo de 15,6 micras”, dijo el técnico.
Carne
Para Juan Pérez Jones “acá es complicado hablar de carne. Estamos intentando y lo estamos logrando, mantener peso del cuerpo”. Sobre producción de carne, dijo que antes de iniciar el Núcleo de Merino Fino “vimos que el precio de la lana estaba deprimido y valía mucho la carne”. Productores de superfino que tuvimos cabaña y vendíamos genética, teníamos promedio de 17,5 micras. Con su oveja más gruesa o de última cría, el que cruzaba con raza carnicera obtenía un ejemplar F1 que luego vendía todo y hacía muy buena plata por carne”.
“Creo que el doble propósito tiene su lugar, con un animal muy especial, porque en los campos duros tendremos la lana superfina, y cuando lo dispongamos produciremos buena carne”.
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