Deportes | 20 Dic En partido intenso, en el que se vivieron emociones varias, Progreso logró el ascenso al derrotar a Guaviyú de visita en Quebracho. Pero no le fue fácil: el local, necesitado de dar vuelta la historia tras haber perdido el partido de ida del Repechaje, quiso imponer su ritmo, apretar al contrario y lo consiguió en la mayor parte del primer tiempo.
Así mediante goles de Irurueta a los 14’ y luego de B.Méndez a poco de comenzar el complemento, parecía que el local lograba el derecho a definir por penales el último cupo a la Primera División del fútbol sanducero. La reacción futbolística de Progreso encontró dificultades para llegar al gol, ya que Montaña tuvo una magnífica actuación. Vino la expulsión de Acuña, Progreso se fue arriba, empujaba Airala, trabajaban bien Perg y Acosta, pero siempre aparecía seguro Montaña que, a los 16’, incluso detuvo un penal rematado por Airala.
A. Miranda se fue expulsado a los 21’, su equipo pareció caer anímicamente, y lo aprovechó la visita. De cabeza, Báez descontó a los 24’, pero Guaviyú quería luchar. Guaviyú reaccionó empujado por Gutiérrez, que obligó a Millacet a cometerle una falta descalificadora que derivó en su expulsión, dejando a Progreso en inferioridad numérica.
Lo cierto es que no se dieron tregua. A los 34’ pudo el local liquidar el partido luego de gran jugada de Carlis que nadie aprovechó cuando cruzó la pelota a la derecha. Y, según dicen, goles errados son goles en contra. Y la frase fue sufrida por Guaviyú, dado que Progreso, con juego aéreo y por medio de Báez, otra vez de cabeza, marcó la igualdad.
Pero habría para más, dado que Barrientos, sobre el final, selló el tanteador en un 3-2 definitivo a favor del azulgrana, que tuvo doble incidencia: Guaviyú jugará el año próximo en la UDA y Progreso en Primera. A.B.M.