Locales | 24 Dic La última edición de la Fiesta del Arándano en Chapicuy generó un gran movimiento y los organizadores se mostraron realmente satisfechos.
Cristina Gancharov --integrante del comité organizador-- dijo a EL TELEGRAFO que “resultó una fiesta bastante bien organizada. A pesar de que salimos en cierta forma a contra mano con algunas amenazas de lluvias. Pero colmó las expectativas, no solo del comité organizador, sino también las autoridades que nos visitaron y el público que respondió muy bien”.
Excelente apoyo a un festival que llegó a su tercera edición y sumó la quinta edición de la fiesta de la artesanía.
Gancharov sostuvo que “esta fiesta significa cerrar un ciclo, tras la culminación de una cosecha, poder generar el tiempo para el disfrute y el reencuentro. Se trata de darnos a conocer a través de una de las producciones que más identifican a Chapicuy. No es la única producción que se genera en la zona, porque estas tierras son agrícolas, con algunos campos destinados a la forestación”.
“Pero la actividad que genera el arándano representa un particular atractivo al momento de nombrar a Chapicuy. Sin dudas en este caso la empresa Migold S.A. ha marcado el rumbo en cuanto a las plantaciones de este fruto en esta zona y es un referente”.
En cuanto a la innovación e incidencia del cultivo, consideró que “en principio era muy alternativo. Hay que destacar cómo los productores apostaron, arriesgándose a estas variantes en la plantación de nuevos cultivos no tradicionales. Pero lo han hecho y es importante también destacar cómo las empresas saben trabajar juntas. Es un verdadero esfuerzo conjunto que en otros ámbitos no lo veíamos y ahora se notan”.
La fiesta del Arándano es organizada por un comité integrado por representantes de las empresas, pero también vecinos y funcionarios públicos.
En cuanto a la demanda de mano de obra que ha generado esta producción, Gancharov agregó que además de emplear a trabajadores locales, también atrae a gente de Salto.
“El impacto en la población local ha sido importante. Fue por ello que se manejó en un momento crear un Centro de Atención a la Infancia y a la Familia (Caif) para atender a los niños dentro de los horarios en que sus madres trabajaban. Es una forma de brindar seguridad y contención a las familias”, dijo.
El evento posibilita a los pobladores de Chapicuy mostrar lo que se hace y darle más valor a su trabajo. Gancharov explicó que “no es un pueblo aislado, porque tiene una fuerte identificación en la región. Si bien Chapicuy cuenta con una población preferentemente adulta, existe una importante presencia de jóvenes. Lo que pretendemos precisamente con los adolescentes es generarle los ámbitos para que no se vayan y se sientan útiles en su lugar”.