Opinion | 27 Dic Dos grandes incendios --en la terminal Tres Cruces y en una fábrica, irónicamente, de artículos navideños en el barrio de Arroyo Seco-- alteraron la tranquilidad del feriado del 25 de diciembre en Montevideo, aunque sin ocasionar pérdidas de vidas humanas ni heridos. En Paysandú, felizmente, la situación fue diferente y los Bomberos tuvieron una jornada de escasa actividad, posiblemente gracias a las lluvias registradas la madrugada del 24 que disminuyeron el riesgo de incendio.
Sin embargo, el calor sigue siendo implacable y el riesgo está latente, especialmente en estos días de muchos fuegos artificiales, que pueden generar incendios al caer en lugares inadecuados. La población debe ser prudente y utilizar el sentido común a la hora de manejar los fuegos artificiales. No deben ser arrojados en zonas densamente arboladas, ya que se correría peligro de generar un incendio importante. Además, el manejo de estos elementos debe ser realizado por adultos y no por menores, pues está en juego su propia seguridad.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que los fuegos de artificiales deben estar debidamente autorizados. Resulta alarmante apreciar la venta de pirotecnia en puestos ambulantes en la calle, a horas en que el sol eleva las temperaturas sobre los 35 grados, lo que podría ser “una bomba de tiempo”. Y en muchos de los casos los vendedores son niños y adolescentes que seguramente no sabrían cómo actuar si accidentalmente se encendieran en cadena.
Cabe recordar que rige hasta el 15 de abril el Edicto del Fuego, que indica que “queda prohibida la realización de fuegos y quemas en todo predio forestado del país, a cualquier hora del día o de la noche y con cualquier fin”. En caso de viajes, se recuerda que no se debe arrojar colillas de cigarrillo fuera del vehículo, ni transportar bidones con combustibles, y llevar un extintor. Además, señala recomendaciones antes de salir, como desconectar artefactos electrónicos de la casa, cerrar la llave de paso del gas; controlar el estado del caño de escape del vehículo, el sistema eléctrico y las pérdidas de combustible.
Un incendio puede ocasionar graves daños en pocos minutos. Para no tener que lamentar pérdidas humanas y materiales, siempre es conveniente estar alertas. Como dice el refrán, más vale prevenir que curar.