Paysandú, Sábado 01 de Enero de 2011
Locales | 29 Dic La sanducera Andrea Karina Lomazzi Viera, de 31 años, encarcelada en Mérida, Yucatán, México, acusada de ser cabecilla de una banda de asaltantes, junto a su novio, Francisco José Pérez Janeiro, de 34, negó rotundamente estas acusaciones y clamó su inocencia.
Una serie de elementos que EL TELEGRAFO obtuvo en los últimos días, entre ellos parte del expediente judicial y un contacto con la propia Andrea Lomazzi, parecen demostrar que sus declaraciones son verdaderas, y que es víctima --junto a su pareja-- de una conjura, con el ánimo de encontrar culpables “como sea” y sin real intención de administrar justicia.
Como se recordará, el pasado 18 de diciembre EL TELEGRAFO publicó, basándose en decenas de reportes de la prensa mexicana, la versión oficial del atraco a la joyería Bauer, en el centro comercial de Altabrisa, en Mérida, estado de Yucatán, México, ocurrido el 22 de setiembre pasado. No obstante, días después se obtuvo una copia del expediente judicial por el que se los condenó y se logró un contacto personal con Andrea Lomazzi, lo que permitió conocer muchos otros detalles que la prensa mexicana no ha considerado y que refuerzan la versión de la sanducera.
Una serie de pequeños accidentes y el hecho de que la flamante camioneta en que viajaban carecía de placa identificatoria, pues en México ésta se entrega alrededor de 30 días después de realizada la compra, pueden indicarse como los elementos trágicos que pusieron a la pareja en el momento y lugar equivocados, llevando a Lomazzi y Pérez Janeiro a las puertas del purgatorio, donde aún esperan que la justicia los alcance, tras ser acusados y encarcelados por el robo a la joyería Bauer, cuando la pareja estaba a cientos de kilómetros de distancia, en prueba de lo cual aportó elementos documentales.
No conocía Cancún
La lectura del expediente judicial (EL TELEGRAFO tiene una copia), por las propias declaraciones de los involucrados, permite reconstruir lo que Lomazzi y Pérez Janeiro hicieron esos días. Todo comenzó cuando Pérez Janeiro invitó a Lomazzi a viajar a Cancún, pues ella no conocía ese centro turístico mexicano. El viaje era por motivos laborales, pues Pérez es representante de la empresa Drake International en México y Centro América, y estaba tratando de impulsar un nuevo producto en esa zona. Habitualmente Pérez viajaba solo y por avión, pero en esa ocasión decidió hacerlo en su nueva camioneta Ford Expedition, de color negro, con su novia. Desde su domicilio en el D.F. partieron el domingo 19, no directamente hacia Cancún, adonde pensaban llegar el 24 y hospedarse en el hotel Holiday Inn, sino hacia otras ciudades, donde Pérez Janeiro esperaba tener encuentros de negocios en algunos casos y amistosos en otros. El rumbo fue hacia Puebla, de donde es originario, adonde llegaron en la tarde. Por la noche fueron al aeropuerto a recoger a sus hermanos, que llegaban de vacaciones en Las Vegas, Nevada. El lunes 20 almorzaron con familiares y recorrieron la ciudad, partiendo luego hacia Villahermosa,Tabasco.
Rompen cubiertas
Alrededor de las 21 del mismo lunes 20 de setiembre la camioneta sufrió la rotura del neumático delantero izquierdo, a unos veinte kilómetros de Coatzacoalcos. Tres camioneros, de una empresa del grupo Madiza, los ayudaron. El cambio de neumático demoró unas cuatro horas, tras lo cual, ya de madrugada, reiniciaron el camino, pero a poco de allí rompieron los dos neumáticos del lado derecho. Volvieron a la empresa y durmieron en la camioneta el resto de la noche. El 21 de mañana, un camionero los llevó a Coatzacoalcos, donde Pérez Janeiro compró tres cubiertas y llantas. Alrededor de las 5 de la tarde, tras cambiar las cubiertas, la pareja reinició el camino, llegando al hotel Camino Real de Villahermosa para pasar allí la noche. El 22 por la mañana hicieron revisar la camioneta con un mecánico para asegurarse de que podían seguir viaje a Cancún. Pérez Janeiro tuvo un almuerzo de negocios, acompañado por Andrea y a media tarde iniciaron el camino a Mérida, adonde llegaron en la madrugada del jueves 23, hospedándose en el hotel Fiesta Americana. Almorzaron con dos hermanos de un amigo en el restaurante Eladios.
Las detenciones
Al día siguiente, el viernes 24 de setiembre, partieron rumbo a Cancún, pero nunca llegaron. Fueron detenidos por un retén policial porque su camioneta carecía de placas. La policía estatal les indicó que debía darles un permiso para que pudieran transitar el resto del camino sin problemas, pero llegados a la sede policial fueron tratados como detenidos y su camioneta revisada palmo a palmo.
Hubo un confuso incidente dentro de la comisaría, pues a Pérez Janeiro lo esposaron, encapucharon y le vendaron los ojos para subirlo a su camioneta, momento en que él intentó escapar. Fue entonces cuando el comandante, identificado como Antonio, lo dejó ir, afirmando que tenía “luz verde” para llegar a Cancún.
No llegaron. Fueron detenidos nuevamente, con la excusa de que al partir del hotel Fiesta Americana habían rozado otro vehículo. Pérez Janeiro fue subido al vehículo del comandante Antonio y Lomazzi condujo detrás la camioneta. Ambos fueron alojados en celdas separadas y perdieron todo contacto entre ellos.
En el lugar de detención, Pérez Janeiro fue sometido a apremios físicos y sicológicos por unas 15 horas. Después lo bañaron, vistieron y junto a Lomazzi lo presentaron a la prensa como cabecillas de la banda. Quedaron nuevamente detenidos y Pérez Janeiro durante días sufrió apremios físicos y amenazas, tratando que aceptara la historia planteada por las autoridades.
Lomazzi también fue apremiada y se le negó el derecho a llamar a su abogado y a la embajada de Uruguay en México. En total estuvieron 28 días incomunicados, sin poder ver a su familia ni hacer llamadas telefónicas.
Declaraciones maquilladas
En el expediente se aprecian con claridad las diferencias entre la primera declaración, que los acusados afirman que fueron “maquilladas” para que ellos aparecieran como culpables, cuando ni siquiera se encontraban en la ciudad donde ocurrió el atraco, y la segunda.
En el caso de Andrea Lomazzi, sus declaraciones son idénticas a lo que fue comentando a EL TELEGRAFO cuando fue contactada por uno de nuestros periodistas. Jorge Pérez, en tanto, también brindó declaraciones muy similares. En la declaración del 23 de octubre denunció que “lo obligaron a poner su firma y le dijeron que era por las buenas o por las malas”.
¿Qué hay detrás de todo?
¿Por qué contando con pruebas documentales terminantes, como los recibos de compras realizados durante el viaje, con la firma de Pérez Janeiro, cargados a su tarjeta American Express corporativa, la justicia mexicana dictó el encarcelamiento formal el pasado 28 de octubre? Las pruebas, cuyas fotocopias tiene EL TELEGRAFO, son concluyentes respecto a que ni el día del atraco, ni los anteriores o posteriores, Lomazzi y Pérez Janeiro estuvieron en el área donde se produjo el asalto, sino a cientos de kilómetros. No tienen antecedentes penales y Pérez Janeiro es un empresario exitoso que gana el equivalente a casi cuarto millón de dólares anuales.
Pero el Juzgado 2º Penal de Mérida, igualmente determinó el encarcelamiento formal y habilitó el juicio. ¿Por qué? Una línea de investigación lleva directamente a la gobernadora del estado de Yucatán, Ivonne Aracelly Ortega Pacheco, de 38 años, militante del Partido Revolucionario Institucional y a su secretario de protección de Seguridad Pública de Yucatán a Luis Felipe Saidén Ojeda. Éste es señalado como el artífice del entramado que terminó con Lomazzi y Pérez Janeiro como “chivos expiatorios”, por lo que probablemente sea protegido, para evitar que quede al descubierto su maniobra.
El proceso continúa, la justicia mexicana acusa, los acusados rechazan toda participación. La embajada uruguaya en México está enterada. La familia en Uruguay no oculta su preocupación.
La sombra de la corrupción policial y judicial se alarga sobre el caso. Justicia es todo lo que se necesita.
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