Paysandú, Lunes 03 de Enero de 2011
Opinion | 30 Dic El lunes se registró un nuevo pico de consumo histórico de energía para el verano en nuestro país, como consecuencia de los altos registros térmicos, al punto que UTE debió encender todo su parque térmico para atender la demanda, mientras la venta de equipos de aire acondicionado aumentó un 30 por ciento.
Este último dato, mencionado como al pasar, empero, es un elemento de gran incidencia para que se dé este escenario, que se manifestó con toda crudeza cuando el pasado lunes, sobre las 22:06, el consumo de electricidad llegó a los 1.475 megavatios/hora (MW/h), superando la máxima demanda de verano que se había batido el 22 de diciembre (1.459 MW/h), según el relevamiento diario que realiza la Administración del Mercado Eléctrico (ADME).
Por otro lado, ADME dio cuenta de un dato no menos significativo al indicar que el buen aporte que venía mostrando la represa de Salto Grande comenzó a mermar, lo que obligó a UTE a encender a pleno su parque térmico para atender una demanda en ascenso. De acuerdo a las previsiones de este organismo, no se anuncian lluvias para los próximos diez días y es probable que UTE deba recurrir a las represas que tiene sobre el río Negro (que son su reserva estratégica) en dos semanas si no se logra una mejora en el nivel de generación de Salto Grande.
Paralelamente, el presidente José Mujica manifestó estar “preocupado” por los efectos de la sequía y por los sobrecostos que ésta le origina a UTE, porque tiene que atender la demanda con combustibles fósiles que quema en las centrales térmicas, a la vez de recordar que la última crisis energética le costó al país unos 1.000 millones de dólares.
Convergen por lo tanto una serie de factores que se conjugan para que se agrave un escenario que se ha ido generando con el paso de los años, pero sin que se adoptaran medidas enmarcadas en políticas de Estado en el área energética, con rumbo definido y con no todos los integrantes de la orquesta ejecutando la misma partitura.
En el caso del verano, el ingrediente distorsionante de los últimos años lo constituye sin dudas el acceso de la población a electrodomésticos que se han ido abaratando tanto porque la tecnología es cada vez más accesible como debido a la depreciación del dólar, así como el consecuente aumento de los salarios en esta divisa. También son determinantes los planes especiales de crédito para su compra, y el aumento en la calidad de vida de la población. Seguramente el artículo que ha ingresado con mayor notoriedad en el esquema de electrodomésticos hogareños es el equipo de aire acondicionado, otrora un artículo de lujo en los hogares más pudientes, y se estima que ha registrado un incremento en sus ventas de más del 30 por ciento respecto al año anterior, al punto que hay desabastecimiento del producto en el comercio local.
Las empresas que venden este tipo de electrodomésticos no dan abasto y a menudo sus stocks quedan en cero. Algunas firmas ya realizaron nuevos pedidos de importación para atender la demanda que prevén para enero, pero la consecuencia directa es la de aumentar sensiblemente los picos de consumo en el verano y en menor medida en el invierno, cuando se trata de equipos de frío-calor, ya que se trata del equipo que más consume energía en un hogar promedio.
Esta realidad se da también en la Argentina, país que ya ha anunciado no está en condiciones de vendernos energía este verano porque también tiene mayor demanda como consecuencia de que se han vendido cuatro millones de equipos de aire acondicionado en poco tiempo, lo que ha disparado el consumo por encima de las previsiones. Precisamente nuestros hermanos del Plata no se caracterizan por ser previsores ni por promover inversiones en el área energética, más que nada porque priorizan el costo final de la energía –que lo define el Estado—por sobre las inversiones.
Lamentablemente, Uruguay sigue perdiendo tiempo muy valioso en esta materia, sin definir soluciones a largo plazo que nos pongan al resguardo de las próximas e inevitables crisis energéticas.
El tener encendido en pleno verano un parque de generación a petróleo, tan caro como contaminante, es la muestra clara de los errores del ente, que durante un tiempo precioso regateó precios y estímulos a los inversores en biomasa y eólicos, mientras en prácticamente todo el mundo se estaba ya subsidiando desde hacía tiempo la incorporación de energéticos renovables a la matriz energética. Hoy el Uruguay paga muy caro estos errores, dilapidando divisas para comprar energía a precio de oro en países limítrofes como única opción.
No puede extrañar, por lo tanto, que se salga a utilizar a pleno los generadores que funcionan con petróleo que importamos en un cien por ciento y se ponga el grito en el cielo por el costo que insume, quemando dólares al por mayor cuando en su momento se cometió el grave error de poner obstáculos a la inversión energética, que vamos a seguir necesitando cada vez más ante el ritmo al que sigue creciendo la demanda.
Tampoco vemos que siquiera se ensaye un mea culpa por lo que se debió hacer y no se hizo simplemente por cuidar chacras de poder, por falta de imaginación y/o voluntad, o simplemente para no complicarse la vida.
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