Paysandú, Lunes 03 de Enero de 2011

Opiniones

Semana de la Cerveza: otra hora de cambios

Locales | 02 Ene La Intendencia de Paysandú acaba de anunciar que recupera para Paysandú la organización de la Semana de la Cerveza, en la medida que no satisfizo la propuesta presentada por el grupo privado capitalino que organizó la fiesta, cuando se optó por este sistema.
La medida no solamente parece muy acertada, porque no es posible pensar que realmente se puede tener una fiesta de proyección regional si no hay detrás de la organización otros conceptos que no sean los de hacer dinero, sino también arriesgada. Este, sin dudas, puede ser considerado un punto a favor de la actual administración departamental, en la medida que arriesga mucho para tratar de convertir de una vez por todas a la Semana de la Cerveza en un hecho de fuerte impacto turístico real.En verdad, cada decisión tiene su propia biblioteca de justificativos. La anterior administración departamental optó por un sistema que terminara con lo que consideraban déficit de organización que luego tenía que pagar la Intendencia. Y en ese sentido le fue bien. Esta, en cambio, quiere reconvertir la Semana y volver a lanzarla como fiesta regional de importancia, con una estructura y una agenda artística que interese al turista real, no solo al sanducero que vuelve a visitar a la familia.
Las primeras decisiones
Tomada la decisión, se abre una etapa de definiciones. En primer lugar, la sociedad ha cambiado desde 1966 cuando gracias a la idea del “Chino” Gavari, la empresa Cervecería y Maltería Paysandú y la Intendencia de Paysandú, organizaron la primera edición. La primera cuestión a considerar es si el formato de nueve días de celebración sigue siendo el adecuado o debe modificarse. Desde este punto de vista es demasiado extensa y eso hace que se desperdicien recursos que podrían utilizarse concentrados en menos días con mayores atractivos.
En segundo lugar, hay que considerar si se mantiene el cerramiento y consecuente cobro de entrada para el ingreso al predio ferial. En este apartado, claramente esta es la única opción posible, más allá que se otorgue un día de libre acceso y se repartan volantes con ingreso bonificado, para que los menos pudientes también disfruten de la fiesta. El tercer aspecto es el horario de apertura y cierre del predio ferial y la extensión de los espectáculos en el anfiteatro. El predio ferial debe estar abierto en un horario que sea coincidente con la posibilidad del público de concurrir. Un horario demasiado extenso, sin una venta interesante de entradas, provoca más gastos que ingresos. Por otro lado, una grilla “pesada” de artistas para el anfiteatro no asegura público. Por el contrario, el perfil actual del espectador, es ver a los artistas que realmente le interesa, en un horario razonable. Llevar los artistas centrales a la madrugada, fue siempre un reclamo de expositores y patios de comida, pero es erróneo. Las familias se van temprano porque tienen niños, los ancianos porque se cansan y quienes están en edad activa porque hay que trabajar al otro día.
El cuarto elemento es de particular sensibilidad: los artistas locales. No hay dudas que hay muy buenos artistas locales, pero eso no significa que deban ocupar el escenario mayor. La razón es simple y contundente: ese escenario es el que atrae turistas y por lo tanto necesita de nombres reconocidos a nivel regional, nacional e internacional. No hay otra razón y esto no va en desmedro de ningún artista local. Lo que si sería bueno, es tener un espacio, una carpa por ejemplo, para la actuación de los artistas locales que podrán así exponer su talento y sorprender a quienes no los conocen.
Dos puntas tiene el camino
La próxima edición de la Semana de la Cerveza se realizará entre el 16 y 24 de abril. Cien días, horas más, horas menos. Poco tiempo, sin dudas. Por lo tanto, el esfuerzo deberá ser redoblado en la organización y hay pocas chances de que vengan artistas de rango internacional real, excepto que estos tengan ya determinadas giras por el área y puedan agregar una presentación más.
Pero de todas formas, lo mejor posible será suficiente, porque esta será una -otra en realidad- Semana bisagra. Y eso incluye la urgente reestructura de los expositores, de quienes y qué rubros pueden exponer en el predio ferial. El concepto actual de “feria americana”, con gran presencia de revendedores y poca presencia de artesanos, es francamente poco adecuada. El costo del estand ha ido relegando paulatinamente a los artesanos y pequeños empresarios. Esto puede solucionarse cobrando un monto fijo menor y un porcentaje sobre ventas. Los artesanos sanduceros nucleados en el Mercado Municipal tienen experiencia en esto, con una Caja central, y les ha funcionado bien. Con algunos pocos conceptos, con unos pocos cambios, la Semana 2011 podrá ser atractiva, aunque quede en el debe la reestructura real. Precisamente en ese sentido, una opción es nombrar el Comité Ejecutivo 2011 y al mismo tiempo, integrado por otras personas, un pequeño grupo de trabajo con miras a la reestructura real y completa de la Semana y especialmente de su predio ferial, para aplicar esos cambios -digamos- en 2013. Es imprescindible un trabajo serio, profundo y completo, que sólo es posible realizar con tiempo y en un ámbito reducido, donde lo que importe no sea la condición de autoridad o funcionario municipal, sino lo que pueda aportar a la transformación de la que tanto se habla, la que es tan necesaria, y que sigue siendo el gran debe. E.J.S.


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